martes, 5 de enero de 2016

Réveillon

Viene del francés réveil que significa despertar. En Brasil es el nombre de la fiesta de fin de año. Al principio la palabra era usada para nominar una comidita de noche que no dejaba dormir a la gente. Ahora, participar en la fiesta es esperar despierto el primer sol del año.

Cuando calienta el sol aquí en la playa.

Fue lo que yo hice y fue especial. Me desvelé para ver nacer la cosa que más admiro en este mundo. Aun estaba borracho cuando el astro comenzó a iluminar el cielo, a colorearlo de rosa y morado, a los pocos se fue dejando ver, amarillo hirviente. Estar frente al mar para recibir su calidez fue lo primero que hice este 2016. Cosa sencilla.

Estaba muy curioso por saber cómo era la celebración de Navidad y Año Nuevo en Brasil. Para Réveillon todo fue muy espontáneo. Disfruté cada momento junto a Ana Julia, la mujer que me completa y comparte conmigo alegrías y desventuras en este viaje de la vida.

Nos invitaron a presenciar los fuegos artificiales desde el mejor lugar de Arraial d´Ajuda: al borde de los barrancos que están frente a la playa Parracho. El escenario era la luna partida y el mar Atlántico. Encaramados al borde del abismo, desencorchamos nuestro vino y nos preparamos para contar 10, 9, 8, 7, 6, 5... Feliz Año Nuevo!

En Brasil no hay cohetes pero sí fuegos artificiales a la medianoche.

Abrazamos y deseamos lo mejor a quienes nos rodeaban, luego bajamos hasta la playa donde comenzamos a caminar tomados de la mano. Eran las primeras horas de 2016, en El Salvador debían ser las 10 de la noche, cuando nos detuvimos la primera vez para tomar un trago más de vino.

Había mucha basura en la playa, me dio tristeza. En todo el mundo, el 31 de diciembre fue uno de los días que más basura generamos y cuando menos responsables fuimos por esos desechos. En Puerto Seguro, el mar se tragó botellas de champagne y latas de cerveza. Celebración inconciente.

Antes nos detuvimos frente a una fogata, nos acercamos al fuego como lo hacían los antepasados y contemplamos las llamas en silencio. Estación ideal para otro trago de vino, una canción cantada al oido, un cariño, una mano presta para ser tomada.

Caminamos unos cuatro kilómetros antes de llegar a nuestro destino. Después de mucho andar llegamos finalmente al Corujão, ahí encontramos amigos y mezclamos bebidas. 

Nada era importante, cada cual estaba más borracho que el otro. Reimos, resolvimos problemas mundiales, hablamos español!

"Galera" así se dice en portugués grupo de amigos.

De pronto ya no estaba oscuro. Había nubes rosas que se dejaban ver al horizonte. Estabamos cumpliendo con el significado de Réveillon. Buscamos nuestras sandialias y caminamos de regreso a casa.

El sol comenzó arder. Ana Julia como toda experta tenía sus lentes de sol. Yo quería una agua de coco, huevo picado, pan francés, queso y café. Fue mi desayuno y fue hecho con amor. Después me sumergí en las aguas de Morfeo. Eran las 7:30 del primero de enero de 2016. Feliz Año Nuevo Everybody!