domingo, 5 de junio de 2022

Lívingston

Este blog mochilero te lleva nuevamente a las costas del mar Caribe, ahora un poco más al norte centroaméricano hasta Lívingston donde vive mi tío Adolfo en medio de la selva tropical, en el lugar más húmedo y lluvioso de Guatemala. Este artículo brinda alguna información necesaria si vas a este destino turístico lleno de cultura y belleza natural.


Playa de Quehueche


Bueno para comenzar explicar cómo se puede ir desde El Salvador. Si es desde Sensunte por ejemplo lo mejor es salir a la Longitudinal hasta Metapán, por Anguiatú. Desde San Salvador quizá sea mejor salir por carretera a Santa Ana hasta Candelaria de la frontera vía San Cristóbal.

Pude pasar sin problemas a Guatemala con permiso para 30 días únicamente con mi DUI y mi carnet de vacunación covid19.

Con vehículo propio o rentado no se necesita más que su documento en regla. Desde Sivar también hay buses que van hasta Petén y te pueden dejar en un desvío conocido como La Ruidosa. Luego habría que tomar un autobús hasta Barrios que está a unos 40 minutos.

Volviendo al carro, una vez en Guate se busca una carretera que le dicen del Atlántico, esa te lleva recto hasta Puerto Barrios, capital del departamento de Izabal. Se trata de una carretera llena de furgones que se dirigen al principal puerto de la costa atlántica guatemalteca así que mucho cuidado con ellos.

En Barrios se deja el carro en algún parqueo privado porque a partir de ahí el camino es vía marítima.

En el muelle municipal se disponen las lanchas que sirven de transporte público y que diariamente trasportan pasajeros a destinos como Lívingston, por $5 y en 35 minutos, o incluso Punta Gorda, en Belice, por $50 y en poco más de una hora.


Localización de Lívingston en Izabal

Una vez en las estrechas calles de Lívingston te tienes que mover a pie, en bicicleta o moto; es conveniente además tener el número de un mototaxi, ellos te llevan a donde quieras por apenas dos coras y con la adrenalina de siempre.

Lívingston con una población de más de 80 mil habitantes, la mayoría de ellos de etnia garífuna, es un pueblo caribeño con tintes chapines donde deambulan turistas europeos.

Mi tío, después de vivir mucho tiempo en Belice trabajando como pescador de langostas, se instaló en Lívingston hace unos 20 años y ahora es el síndico de la municipalidad. Ya no bucea para vivir, se dedica a la ganadería una de las principales actividades productivas del municipio, los morenitos le llaman “Lechero”.


Mi tío es un agricultor curioso y amante de las plantas exóticas


En cuanto a la playa, pues bueno yo vengo de estar en Bequia y no hay otro Caribe que me sorprenda más. En Lívingston el mar es calmo y la arena clara. El agua tiene un tono marrón debido quizá a las constantes lluvias de la zona, pero es tibia y agradable.

Conocí y recomiendo “Siete altares” unas pozas de refrescante agua que desemboca en el mar. Hay que ir en lancha o caminar por la playa unos 30 minutos, al llegar el Carnal les vacunará con tres dólares por entrar a su propiedad.

“Ustedes entran gratis raza”, nos dijo el host, beneficios de andar con el tío, quien también nos llevó a comer muy rico al restaurante El Viajero y a una emocionante tarde de tirolesa en el ecoparque Temanit maya.

Ya fui dos veces a Lívingston y volveré a ir cuando pueda porque me encanta el viaje y el destino, mucho más cuando el tío Adolfo, su esposa Nineth, y sus hijas Kelly y Kenia me hacen sentir en casa.

Si leíste hasta aquí has ganado un vasito con atol chuco que puedes reclamar cuando me veas en las calles de Sensunte. Salú.