viernes, 13 de noviembre de 2009

Cositas de Ataco


En Ataco cuando hace frío y uno anda en la calle sin sueter, porque pensó que no era para tanto, cuesta respirar y se siente una gran presión en el pecho. En Ataco no hay bichas bonitas, solo hay cuatro dicen, pero dos no viven aquí, solo vienen de vez en cuando. Yo he visto a dos, en dos meses. Las vi en misa, desde entonces he vuelto a la iglesia pero ya nada de aquella rubia de buena familia ni de aquella flaca exquisita que me dio la mano cuando el padre dijo "pueden darse la paz". El padre Miguel, un gringo que dice que no se quiere ir, es el que da las misas, es chistoso oirlo, pero en las misas de Ataco lo ceremonioso es lo principal, le echan agua bendita a uno y queman un montón de incienzo antes de empezar. En Ataco me comí mi primera y última pupusa de papelillo jajajaj me da risa como se oye, pues bueno es una pupusa de monte que sabe a monte, es horrible, es como comer pitarrío con masa. Las platicas con don Miguel, el viejito que me alquila la casa, son intensas en Ataco, al viejo le gusta platicar conmigo porque le cuestiono sus ideas. "Yo soy de derecha", me vive repitiendo. Me ha dicho que los derechos humanos son lo peor que puede existir... pero coincidimos en que muchos de los problemas del país se deben combatir desde la cultura. Me aconseja, me dice qué hacer y cómo, creo que le gusta sentir que me está indicando el mejor camino. En Ataco el alcalde es un capitán, un militar retirado que los martes se convierte en pastor y les endulza los oidos a los humildes que llegan a oirlo. En Ataco hay un Miguelito (otro Miguel jajaaj ya van tres) este último vende dulces, es un muchacho de mi edad quizá que tiene algún tipo de retraso mental. Hay un karateca que quedo loco de un golpe, hay un señor que se llama Homero y que en la parte de atrás de su pick up ha escrito Los Simpson, hay un francés que hace quesos gourmet con la leche de sus cabras, hay un cyber café que vale $0.50 la hora y si no tenés el pisto te dicen "a pues no hay problema", los buseros gritan Paraguacha, Paraguacha, Paraguacha... ujum van para Ahuachapán. En cada esquina hay una señora, generalmente gorda, que vende pastelitos, los he probado casi todos de todas... son buenos los malditos, pero engordan como la gran p... Pues bueno eso y muchas cositas más pasan en Ataco, que por cierto hace poco me enteré que significa "lugar de barrancos", y como no si para donde se vea hay uno.