viernes, 1 de septiembre de 2017

Scouts

Fuí niño scout y he regresado al movimiento a dirigir. Me ha convocado la nostalgia del escultismo, que me forjó como ciudadano de un país que se niega a dejar de creer en sí mismo. Un territorio que cumple este mes 196 años de ser independiente de España.

Me he echado al hombro la responsabilidad de inculcar en menores de entre 7 y 11 años los mismos valores que yo recibí en los años noventa a través de la promesa y la ley scout.


Retomando la promesa en la inauguración del grupo 87.

En Sensunte ha habido varios grupos scouts. No sé mucho al respecto, pero dicen que primero era el 29 y que después el 56. No sé si hubo otro antes pero hay registros de que el movimiento scout se vivía en mí pueblo y se desarrollaba a plenitud aun en tiempos del conflicto armado.

Parece que uno de los dos grupos, o los dos, en la parte trasera de la pañoleta tenían bordado a don Roberto Baden Powell (BP), quien fundara el movimiento scout en Inglaterra allá por 1907.

Los scouts comenzaron a surgir en El Salvador a finales de los ´30, así que no me extrañaría que esos dos grupos se fundaran entre los años 70-80. En Facebook: Ex scout sensunte tiene muchas fotos sobre los inicios del movimiento en Cabañas.

Ahorita se calculan 40 millones de scouts en 165 países. En El Salvador somos unos tres mil los inscritos en poco más de 100 grupos. Los grupos nacen por doquier y cada generación se empila con el método de educación no formal y al aire libre que se vive de forma voluntaria.

Allá por 1994 se fundó en Sensunte el grupo scout 45. Tenía yo 12 años, cursaba 6º grado y ser scout fue algo que se me metió en la sangre. Lo disfruté intensamente en la adolescencia, pero después de los 18 tocaba apoyar en la dirigencia y quizá me asigné responsabilidades para las que no estaba preparado. Me desencanté.

Sin embargo, debo decir que en el 45 viví tantas cosas importantes que ahora que lo intento me es difícil enumerar. Conocí algunos de mis mejores amigos y amores de infancia. Ser scout me permitió viajar por primera vez al exterior (Costa Rica 1997 y México 2000) y me heredó el vicio de barajustar y salir andar por el mundo.

Sobre todo grabó en mi mente lo que BP no quiso que ningún scout olvide y que pidió que escribieran en su tumba: “Intentad dejar este mundo mejor de como os lo encontrasteis”.

14 de septiembre de 1994,
la primera vez que fuimos a traer la antorcha a Ilobasco.

Muchos pasaron por la patrulla toros, pero he aquí quienes más persistieron. 

Fue corta la vida del 45 pero muy intensa para un servidor y para muchos allá afuera. Desconozco una fecha exacta en la que el grupo se disolvió. Lo que sí puedo asegurar es que en su agonía, entre 2004 y 2007, hubo mucha gente que luchó por continuar con la chispa del escultismo en Sensunte, una chispa que quedó encendida y ahora parece tomar fuerza.

El pasado 25 de junio, se fundó oficialmente en Sensunte el grupo 87. Pasaron unos 10 años sin grupo. Ahora algunos entusiastas nos hemos juntado y pretendemos que este nuevo colectivo continúe el trabajo y forje una nueva generación de chicos.

En junio pasado inauguramos formalmente el 87.

El movimiento ha cambiado. Se ha actualizado, como los antivirus o programas de computación. En su modernización arrolló con un sinfín de tradiciones scout que han quedado en el recuerdo y adoptó nuevos métodos más de acuerdo al tiempo que vivimos.

Quizá ya nadie se va de caminata sin contar con un mínimo de seguridad. Antes nos íbamos y nos aventábamos de las tirolesas hechas con mecate y un gancho de guayabo. Íbamos a los ríos y no llevábamos salvavidas, quizá ahora el reglamento invite a buscar uno antes de proponer ese paseo.

El 87, como otros grupos, ha surgido con apoyo militar. Un convenio con el ministerio de Seguridad ordena que la milicia local apoye la apertura de nuevos grupos donde ya han funcionado.

Es así como ahora contamos con seguridad y logística de parte del cuartel, del destacamento militar #2. Celebro esto, pero también soy de la idea de que el movimiento scout es civil. En este sentido, y aunque su fundador fuera un reconocido militar, se debe sin duda entender que se trata de cosas distintas.

El movimiento scout genera pasiones que con suerte son bien canalizadas. A mí nunca me han gustado los militares y cuando puedo explico mis puntos de vista. Ahora sin embargo, se trata de aprovechar este apoyo y retribuir lo que yo recibí.

Aquí no hay nada escrito sobre piedra, solo la promesa, la ley y las enseñanzas de BP. Los grupos pueden o no tener apoyo militar.

Ahora hay además opción para los grupos que difieren con la asociación nacional, existen los scouts independientes de El Salvador y los adventistas tienen a los conquistadores. Es la misma filosofía, con métodos diferentes. Más tradicionalistas o con enfoques cristianos. Se vale.

Con diferencias internas el Tehuacán 125 de San Vicente celebró 45 años.

Las actividades entre grupos son inolvidables en los scout. Tengo amigos en San Vicente con quienes compartimos esta locura y hace poco nos invitaron a su 45 aniversario.

Mis amigos están en la manada pero las otras unidades se reúnen por separado porque ha habido diferencias internas en las que ha intervenido incluso la asociación. Platicamos mucho sobre esto que nos apasiona, sobre lo que se hace o deja de hacer. Hallamos diferencias y pensamos en soluciones. Normal, como en los scout.

Sé que trabajar con niños es un reto y quizá ahora sí esté listo para asumirlo. Espero apoyar al 87 en lo que de mi dependa y honrar el lema: “Una vez scout, siempre scout”.