Aquí mostraré los frutos producidos en Tamarindo, casasustentable. Las siguientes fotos son una primera entrega del álbum que
comienzo a nutrir este septiembre de 2019 y al que he llamado instintivamente
Comida.
Guineos majonchos |
Ser sustentable alimentariamente es un reto para mí. Quiero
mostrar y compartir esa alegría que me da cuando recojo la fruta o corto de mi
huerto las especias para la comida.
Y sí, siempre tengo frutas orgánicas y frescas sobre mi
mesa. Puedo desayunar guineos majonchos fritos, hacer unos tostones en el
almuerzo y cenar el mismo guineo, pero quizás
asado.
Tengo ahorita arrayanes que es maravilla, los congelo así
que tengo para un par de meses. Antier me comí una sincuya, lo sé para algunos
suena a fruta exótica y lo es porque cada vez hay menos.
No sé qué es
comprar un limón y últimamente he
descubierto lo buena que queda la limonada con hojas de hierba buena.
Si hago una sopa de gallina le puedo echar hijos de piña o
jilotes recién cortados. Cuando quiero condimentar mis platillos, una cocina
muy creativa por cierto, corro a las matas de albahaca, hierba buena, orégano,
romero, alcapate…
También me da gusto tener aquí mismo mi farmacia
personalizada. Mi mamá me ha metido en la cabeza que las plantas medicinales que
uno necesita crecen en su propio jardín, en su frente. Yo me he creído la
fantasía y he aprendido a respetar todo tipo de monte.
Doy fe que me he quitado dolores a puras chuponeadas de agua
tibia con orégano y ya ni se diga lo bien que le hace el jengibre a mi
rinosinusitis. Nada compro, todo ya está en casa.
Arrayanes, pura vitamina C |
Como no compartir entonces las fotos de la fruta, que por
cierto dependerán del mes; de la temporada. No habrá así repeticiones y al
pasar un año tendré mi calendario completo.
O quizás no, porque las condiciones del clima cambian,
porque a veces misteriosamente no hay cosechas, porque tus vecinos los pájaros
pensaron en ayudarte a comer o porque alimentaste sin saber a un ejército de
zompopos.
Cualquier cosa puede pasar así que mejor no me comprometo.
Pero intentaré sumar a este post las fotos de nuevos manjares naturales, espero acordarme.
Me he comprometido sí a publicar un post en este blog cada
mes. El viaje a Perú me aliviano bastante, pero eso ya paso. Es hora de volver a
hablar de las cosas que me pasan, de compartir lo que me parece valioso de la
vida.
Pensé en escribir de Antigua Guatemala porque fui hace poco,
pero recordé que esto no es una guía de viajes. Algo de la independencia quizá,
pero me dio gueba.
Podría haber sido también una recomendación de libro. Y hay
uno que voy a recomendar, con el perdón del comercial, se llama “Abril rojo” del
autor peruano Santiago Roncagliolo, trata una temática muy peruana, que no
aplica para este post, pero que considero de lectura necesaria.
Limones, hay indios y pérsicos |
Pues bien, debo decir que me inspira algo que me dijeron
recientemente: “escribir es una acción sanadora”. No es que esté doliente, pero
es otra fantasía que me gusta creer.
Así que sin tener claro el tema pensé en fotografiar la
comida que produzco. Un tema banal y
cotidiano, pero también tan básico e indispensable. Un tema del que se me
antojo escribir.
Yo cultivo mi comida. No toda, obviamente, pero cada vez
traigo menos vegetales del mercado porque tengo en casa varias cosas que
necesito.
Han ido apareciendo con el tiempo, hay varios árboles que han dado sus primeros frutos y estoy en la
espera de más. Descubrir un fruto nuevo me dibuja una sonrisa y me hace sentir
bien durante toda la jornada.
Al ser sorpresivos, los frutos, se deben cultivar de manera
necesariamente alternativa, quiero decir variada. Hay que decidir conscientemente
lo que se va a cultivar y lo que no. Observar los procesos, los tiempos,
descubrir para qué es buena la tierra donde uno vive.
Yo prácticamente he dejado que árboles y plantas comestibles
crezcan a sus anchas. Tengo espacio aun y por eso lo había permitido. Pero debo
confesar que últimamente me ha tocado mochar las ramas de los palos que sembré
hace nueve años.
No hay buen macarrón sin albahaca |
Guanábana |
Mi dieta en la última semana |