lunes, 25 de noviembre de 2019

Bárbara


En un mundo dominado por hombres, Bárbara desobedeció a su padre, y a todo un imperio, para encontrar su verdad. El destino excepcional de esta joven la llevó a los altares cristianos. Es un personaje histórico que me invita a conocerle y a presentarlo ante ustedes. Es la patrona de mi pueblo Sensuntepeque, donde estamos recordándola.

Conocida como Bárbara de Nicomedia o santa Bárbara


Un par de horas en Internet son suficientes para recolectar algunos datos e imaginar la vibrante vida de Bárbara. Este no es un artículo riguroso en información sino más bien un acercamiento a realidades y leyendas distantes.

Bárbara era una hermosa veinteañera nacida en una familia noble romana. Vivió en Nicomedia, una de las capitales del imperio romano, entre los siglos III y IV. De esto hace más de 1700 años así que imaginen lo subjetivo que puede ser escribir al respecto.

Pues bien, la muchacha era como una princesa con todo a su disposición y de un talento superior. Amiga de la razón y el amor, Bárbara defendió sus ideas hasta la muerte y ahora posee los títulos de santa, virgen y mártir en la religión cristiano católica.

Fue su propio padre, Dióscoro, el que la decapitó cuando la joven tenía la maldita edad de 33 años. El padre, un fanático servidor del imperio romano, no soportó que su hija lo contradijera y abrazara la fe cristiana.

Ese mismo día que la mató, un rayo acabó también con la vida de Dióscoro. Justicia divida tal vez. El padre, ciego de angustia por la rebeldía de la hija, prefirió cumplir con las leyes humanas y cometió algo tan inhumano como el parricidio.

El culto a Bárbara fue confirmado en 1568, es decir que es oficialmente santa desde hace 451 años. Tuvieron que pasar más de mil años desde su trágica muerte para que la iglesia la reconociera como tal.

Con 300 años es la edificación más antigua de Sensunte  

Sensuntepeque es una población de origen lenca que habría sido fundada a finales del siglo XV. Un poco más de 100 años después, la pequeña aldea fue conquistada, en primera instancia, por pipiles quienes bautizaron el lugar como Centzuntepec, que se traduce como cerro grande.

Hace unos 500 años, los españoles llegaron por estas tierras, para conquistar, colonizar y someter a los nativos a la religión católica. Sensunte no fue la excepción.

La que hoy conocemos como iglesia Santa Bárbara, en el centro de la ciudad, se comenzó a construir allá por 1719. Es quizá el edificio más antiguo del pueblo.

Sin embargo, los frailes dominicos, encargados de inculcarnos la fe cristiana en estos lares, habrían decidido con mucha anterioridad que la santa patrona de esta tierra fuera santa Bárbara, por eso algunos mantienen que este 2019 estamos cumpliendo 410 años de estar bajo su rojo manto.

Me he quebrado la cabeza buscado algún indicio que me alumbre el por qué los dominicos eligieron a esta virgen para Sensunte de entre el nutrido abanico de santos que se manejan. Me doy por vencido y solo voy a decir que quizá los frailes pensaron que aquí el cielo tronaba mucho y que lo mejor sería dejar al pueblo bajo el patrocinio de la santa de los truenos.

Calle principal de Nicomedia en 1882, ahora Izmit (Turquia)

Pues bien, queda sin resolver exactamente desde cuándo o por qué santa Bárbara es la patrona de Sensunte. Ojalá este post toque las entrañas de alguien que maneje un discurso más certero y me comente. En lo que a mí concierne, prefiero seguir imaginándome la palpitante vida de Bárbara, antes de que llegara a estas tierras con sus dotes de virgen. 

Resulta que Nicomedia fue una antigua ciudad en la península de Anatolia, justamente donde hoy se ubica la ciudad turca de Izmit, a unos 100 kilómetros al este de Estambul. Cuando Bárbara vivió, el imperio romano dominaba gran parte de Europa y Asia y eran sus leyes las que regían la vida de todos.

La religión romana era, en alguna medida, tolerante con las religiones extranjeras y básicamente consistía en cultos privados, que unían estrechamente a las familias, y públicos, que estimulaban el patriotismo y el respeto al Estado.

Retar las leyes romanas en base a creencias religiosas era condenarse a muerte y fue justamente eso lo que Bárbara hizo. Esto podría haber pasado desapercibido si la joven no fuera la hija de Dióscoro, quien en aquel entonces era el sátrapa de Nicomedia, es decir el gobernador y representante del emperador. Pero el destino fue otro, lo de Bárbara era realmente escandaloso.

Poco se sabe de la madre de Bárbara, quien habría muerto cuando nuestra virgen era una niña así que su crianza recayó exclusivamente sobre el padre. Tan “especial” era Bárbara para Dióscoro que éste decidió encerrarla en un castillo para que la joven no se casara tan joven, pues creía que solo alguien muy afortunado la merecía y había que esperar con paciencia a esta figura.

Aun en su encierro, la joven fue educada por poetas y filósofos. Nada le faltaba, tenía doncellas a su servicio, una vida muy cómoda que le permitió cultivarse intelectualmente, sin duda algo extravagante en su época donde eran únicamente hombres los que gozaban de esos privilegios.

Durante un largo periodo de ausencia de su padre, Bárbara se convirtió al cristianismo, fue bautizada y con la mentira que querer un baño en la torre donde estaba encerrada, mandó a construir una tercera ventana, que para ella representaba, con un excelente camuflaje, la santísima trinidad.

Tras la decapitación, Dióscoro fue alcanzado por un rayo que lo mató

Dióscoro regresó y no tardó en descubrir lo que había pasado en su ausencia. Bárbara se mantuvo firme en su fe y cuestionó el modo de gobernar de los romanos, de quienes su padre era fiel servidor.

En aquel entonces, lo cristianos eran tratados con crueldad y se cometían abusos como matar a una esclava cristiana por el simple hecho de no encender el incienso a los dioses paganos, como Júpiter, a los que los romanos adoraban.

Bárbara habría insinuado que era absurdo venerar a un emperador, comentarios que llegaron hasta Roma desde donde se envió a emisarios para verificar aquellas deshonras. Dióscoro se vio obligado a probar su lealtad y a intentar, de todas las maneras posibles, recuperar el control sobre su hija.

Pero a Bárbara nada la hizo cambiar, se escapó con ayuda de fuerzas sobrenaturales, como cuando una piedra se abrió para que ella pudiera esconderse, pero al final fue capturada, juzgada y condenada a la decapitación.

¿Qué habrá motivado al padre para ofrecerse él mismo como verdugo? Quizá mostrar servicio a sus superiores políticos, que al final, igual que todos, vieron con horror el hecho de que un padre le cortara la cabeza a su propia hija.

Yo escucho sobre santa Bárbara desde mi infancia. Cuando llovía y tronaba duro mi madre decía “santa Bárbara bendita”. Es patrona en varios poblados de España y algunos en Colombia, México, Costa Rica, Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá. En El Salvador patrona de mi querido Sensunte y no sé si de algún otro lugar.

Este próximo 4 de diciembre conmemoramos, el nacimiento o muerte (Internet no se pone de acuerdo en cuanto a esto) de Bárbara de Nicomedia, la joven que hace más de 1700 años soñaba con alcanzar un relámpago y fue fiel a sus ideas hasta la hora de su muerte.

Retrato de Santa Bárbara, por Francisco Bayéu, en 1767