Hace la mitad de mi vida hacía esta misma reflexión sobre los amigos y los legados que nos dan y nos dejan. Decía que todos se van y me daba tristeza, ganas de chillar porque no sabía hasta cuándo volvería a ver aquellas personas.
Aquellos a quienes dediqué el post continúan fuera. Crecimos
juntos y llegamos a querernos mucho, nos llamábamos amigos. Pero de pronto algo
ocurría y se tenían que ir. Debían elegir una vida en el extranjero mientras yo
me he ido quedando y enraizando en el pulgarcito.
Nos volveremos a encontrar viejo de la montaña |
Sin embargo, la inspiración no ha llegado y escribo más por la disciplina de hacerlo mensualmente.
Quiero escribir una historia de “largo
aliento” pero la verdad es que aún no cuaja y no puedo más que esperar.
Mientras eso ocurre leo lo mejor que se pone en frente.
Solo quiero decir entonces que tener amigos vale igual o más
que el dinero. Tener amigos te saca de apuros con facilidad y elegancia. Son
tus amigos y la cercanía que tengas con ellos quienes determinan de alguna
manera el andar de tu vida.
Este mes no es solo de amistad, es también de amor y yo estoy descubriendo un nuevo tipo de amor, el amor de padre que siento hacia mi querida Eli, de quien en algún momento les hablaré más adelante.
Feliz mes a todos, a mis amores y amigos, a mis cheros y conocidos. A quien se atreva a leer estas letras vagas, feliz mes.