Acabo de regresar del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso de la mano de Dante Alighieri, un florentino de patria, no de costumbres, quien se imaginó ese trip hace poco más de 700 años.
Su obra, La Divina Comedia, es un poema que canta a la cristiandad, así que he estado bien católico los últimos dos meses leyendo sobre pecados, virtud y fe. Y bueno así como el poeta peregrino dio testimonio de su viaje, así quiero yo compartir en este blog las ideas que me dejó leer este clásico de la literatura universal. Pasen delante.
Dante Alighieri 1265 – 1321 |
En la escuela lo ponen a uno a leer este tipo de libros,
quizá el programa de estudio lo exige o quizá yo tuve profesores ingenuos que
pensaban que un cipote se podría interesar en leer lo que la Comedia expone.
No recuerdo si yo llegué a leerla, lo que ahora sé es que la
trama me resulta excitante y cuando rescaté una atractiva edición de 1977
decidí guardarla entre mis libros pues estaba seguro que un buen día se me iba
antojar conocer esa historia.
Leer y escribir son dos de mis vicios buenos, en los libros
puedo viajar y aprender en la comodidad de una hamaca. Como dijo un gran
pensador inglés “la verdadera Universidad hoy día son los libros”. Me gusta
prestar libros, pero soy quisquilloso y hasta tengo reglas para hacer un
intercambio. Como dijo otro por ahí “solo vive el que sabe” ¡ah y yo quiero
saber tanto!
Pues bien, hoy les comparto en este blog lo que he llegado a comprender sobre la aventura de Dante quien estaba en una selva oscura y de pronto se le ofrece un viaje nada más y nada menos que al Infierno, luego atravesar el Purgatorio hasta llegar al cielo donde no podía ver con claridad ¡porque había mucha luz!
Como siempre que hago este tipo de reseña sobre algún libro
quiero adelantar que este post es apenas un acercamiento a la obra, no hay
rigurosidad en los datos y más bien se trata de extractos del libro y las ideas
y sentimientos que me ha despertado la lectura.
El protagonista es el mismo autor y representa humildemente a
la humanidad; es decir, es a través de sus ojos y
de su imaginación que vamos a ver los paisajes del mundo de los muertos, un
lugar al que todos iremos, lo sabemos con seguridad.
Lo que no sabemos es dónde exactamente va nuestra alma al
separarse del cuerpo. Para el autor eso depende de nuestros pecados, virtudes o
de la misma fe que tengamos a la hora de morir, entendiendo que fe es la
sustancia de las cosas que se esperan, y el argumento de las que no se ven.
Infierno |
En el Infierno y en el Purgatorio su guía es su colega poeta Virgilio. Dante le consulta sus dudas y pide su autorización para poder hablar con las almas que ahí padecen. Hay nueve círculos, como terrazas, que descienden como en cono hasta el centro del planeta.
En el primer círculo están
los no bautizados, luego los condenados por lujuria, gula, avaricia, ira,
pereza, herejía, violencia, fraude y traición. Las almas que ahí perecen piden
lo mismo, que a su regreso al mundo de los vivos el poeta hable bien de ellos.
Parecida es la situación en el Purgatorio, donde las almas
arrepentidas purifican sus pecados para ascender al cielo, ahí la petición es
que se recen oraciones para su ascensión definitiva al Paraíso.
Cuando finalmente Dante llega al cielo encuentra a Beatriz, el personaje que más me cautivó. Fue
ella quien dispuso que Dante viviera semejante viaje. En la vida real Dante
vivió enamorado de Beatrice Portinari de quien también se dice inspiró al autor
de todo este cuento.
Allá en el cielo el poeta es recibido por San Pedro, encuentra a la Virgen, la Santísima Trinidad, la Rosa Mística y todos los demás ajuares del imaginario católico. Hay mucha luz en el lugar y el poeta advierte que le es difícil describir lo que vio. Tras ser iluminado, Dante abre su entendimiento y comprende el misterio del amor divino.
Beatrice Portinari falleció en 1290 |
Si lo de Beatriz es cierto, Dante es el hombre que por amor hizo el viaje al mundo de los muertos para, a través de la imaginación, volver a ver a su amada.
Durante di Alighiero degli Alighieri, su nombre real y completo, murió de malaria a los 56 años. Fue político y padeció el exilio acusado de oposición al Papa cuando en concreto lo que defendía era la separación de la Iglesia con el Estado.
Hace apenas un año la OMS declaró a El Salvador como primer país de Centroamérica libre de malaria. ¡El mismo zancudo que mató a Dante me está persiguiendo ahora mismo! Es increíble como las ideas y las enfermedades prevalecen en el tiempo.
Hasta aquí mi reporte y mi esfuerzo mental por hoy. Sigan leyendo estos post en vivo y en directo. Sigamos con este vínculo que nos permite leer y escribir.