martes, 31 de enero de 2023

La Lula

“La Combi viajera de El Salvador”, así puede llamarse este artículo en otro lado. Aquí yo prefiero titular con una palabra así que esto es: La Lula, la historia de un carro pero sobre todo del dueño del carro quien ama viajar y pintar, y así combinándolos y montado en La Lula va por todo el continente y el mundo. Me gusta que esté leyendo. Bienvenido otra vez.

La Lula viajera, tiene ya 17 países recorridos

Esta Combi fabricada en 1971, placas salvadoreñas P 54 673, quizá ha viajado por más lugares que usted y yo juntos. Modelo 221 de la marca Volkswagen que acaba de regresar de su último paseo por Sur América.   

José Yurandir Sánchez, el propietario de La Lula, vive viajando y pintando y también vive en La Lula, le llama casa y aventurera. Su relación es sumamente íntima y juntos ya tienen 17 países recorridos y miles de kilómetros de aguante.

Pintando por América, así se describe La Lula en su página de Facebook que ya tiene más de 13 mil seguidores.

En el monumento a la Mitad del mundo en Quito, Ecuador

Su padre decidió llamarlo Yurandir por un futbolista brasileño, a sus 18 años se embarcó para atravesar el Atlántico laborando a bordo. Luego de eso se radicó en el  país donde se desenvuelve como artista plástico pero su alma viajera le susurra constantemente que aun hay muchos caminos que faltan por recorrer.

Yuri y La Lula salieron a inicios del 2017 rumbo al Sur y es hasta este enero de 2023 que regresan a casa, a tomar aliento y quien sabe por cuánto tiempo, porque “aun no tengo decidido cuánto me voy a quedar”, me dice Yuri, quien tiene 45 años y creció en los suburbios de San Marcos, en la capital salvadoreña.

Han recorrido prácticamente toda Latinoamérica, desde la Patagonia hasta el Amazonas. Han ido por peligrosas carreteras y se han embarcado o incluso volado cuando éstas faltan. Lo que no ha faltado son los accidentes, en Panamá y Brasil, en el primero La Lula se quedó solo con una llanta puesta y en el segundo no la pudo detener en marcha.

La Lula  viaja en carretera, en barco y en avión

Al preguntarle a Yuri qué tipo de conductor es él responde que va despacio, disfrutando el paisaje y el camino, no tiene ansias por llegar a ningún lado. Además La Lula ya está viejita y hay que tratarla con cariño.

“Voy a tirar la toalla pero en la playa”, se leía en la parte trasera de La Lula hace un año cuando transitaba en algún lugar de Uruguay, país donde Yuri nos cuenta que pintó al menos 23 vehículos y donde afirma podría regresar y trabajar en ese rubro.

En este último viaje, en un período de seis años, Yuri pintó su casa al menos cinco veces, una vez con una inmensa ola, otra con pájaros tropicales, inclusive un torogoz u otros elementos de la identidad guanaca.

Allá por el año 2006 La Lula le costó a Yuri un aproximado de 2,800 dólares. Hoy tiene un valor simbólico que no se puede pagar con dinero así que no es opción vender este carro que en el futuro ya tiene dueño destinado. “Se la voy a heredar a mi hijo”, explica Yurandir.

Siempre he admirado a Yuri como un gran viajero y espero verlo para  platicar más mientras está en el país. Ojalá todos tuviéramos la dicha de ver tantas cosas maravillosas. Mientras tanto nos toca verlas a través de los ojos de Yuri y los faroles de La Lula.

jueves, 27 de octubre de 2022

Tunasmil

Cultivar maíz es una herencia ancestral, un lujo que me doy en este tiempo que vivimos sometidos a nuestros aparatos de dominación. Es precisamente ahí, en tu celular, donde me estás leyendo ahora, al alcance de tus manos y a un solo clic, cuando ocurre el milagro de conectarnos. En tal situación, quiero compartir contigo estas líneas a través de la pantallita, te voy a hablar sobre la milpa, no la primera sino la segunda, el tunasmil.

En la destuzación

He estado comiendo tortillas hechas con el maíz que yo mismo cultivé. Cuántos allá afuera pueden darse este lujo. Fui protagonista durante todo el proceso y ahora finalmente puedo partir la tortilla humeante y acompañarla con cualquier “con qué”.

El maíz es alimento básico en la dieta salvadoreña. Un par de tortillas son infaltables en el almuerzo, el maíz es además el rey en los antojitos típicos.

Ya en otra ocasión les conté sobre la milpa, lo de hoy es pues una ampliación de aquello. Y es que normalmente se puede cultivar maíz dos veces durante el mismo invierno, o mejor dicho durante los seis meses de época lluviosa que se registran anualmente en el país. Cada periodo dura tres meses, el primero va de mayo a julio y el segundo de agosto a octubre.

Yo hacía milpa una sola vez, en el primer turno y me gustaba terminármela en elote para acabar ahí la hazaña. Vender los elotes y el zacate, evitar la dobla, la tapisca, destusar, desgranar, almacenar…

Sin embargo, desde el año pasado mi suegro se empeña es repetir todo el trabajo, “aunque sea un poquito”, para poder comer elotes también en octubre. Este año no logré vender elotes, así que además del tunasmil tengo harto maíz para comer y para las gallinas. Es mucho trabajo pero también mucha satisfacción.

Cupertino se llama el papá de mi esposa y tiene 81 años, cuando yo nací él tenía mi edad actual (40). Don Cuper se escapó de la casa de su padre cuando tenía 16 porque sintió que dejaba la vida haciendo la milpa.

“Éramos tres hermanos trabajando para él”, me cuenta. Al no ver un beneficio claro a cambio de su trabajo se enlistó en el ejército pero luego prefirió un laburo más calmo como celador de cárceles hasta que se jubiló hace más de 30 años.

Es un señor inquieto y platicador. Se levanta temprano y siempre está traveseando. Cuando le dije que hiciéramos milpa juntos sus ojos se encendieron como llamas. La idea lo emocionó a pesar de que eso significaba regresar a lo que había renegado en su juventud. Desde la primera vez le ofrezco compartir los beneficios por partes iguales, no como su padre, pero él se niega y dice que solo quiere ayudar.  

El año pasado y este hemos trabajado hombro a hombro para que la milpa dé sus frutos. Él insistió con hacer tunasmil, la milpa de entre agosto y octubre, yo a pesar de mi desgano no tengo más opción que apoyarlo.

También hemos logrado ayotes

Sembramos tarde en agosto y como no manejamos bien el veneno nuevamente la milpa se nos llenó de monte y tuvimos que deshierbar a pura cuma, acurrucados y con el cuidado de no botar las matas. Le invertimos $15 más en abono y la milpita estaba lista para florear hasta que llegó Julia. Nos ha entristecido mucho que la depresión tropical nos derribara la mitad del trabajo.

Con don Cuper insistimos que hay que ser muy cuerudos y tercos para hacer la milpa, suspiramos y caemos agotados, “cuesta comer elotes”, me dice.

El tunasmil tiene mayores riesgos que la primera cosecha a causa de las lluvias. Normalmente porque se escasea el agua que cae del cielo, pero esta vez ha sido diferente, las matas cayeron al suelo por la fuerza de la naturaleza.

Nada de eso desanima al agricultor, el próximo año volveremos hacer la primera, la segunda y hasta frijolera como hace mi mamá. Repito que esto es hereditario, mi abuela mandaba hacer milpas y a  primera hora de la mañana se le veía paseando entre los surcos. “Hay que ir a verlas para que estén bonitas”, repetía.

Hacer milpa es como hacer pupusas, cada quien la hace a su manera buscando siempre el mejor resultado. Yo realmente lo disfruto y me siento orgulloso y satisfecho al hacerlo. Sé que sigo aprendiendo desde el primer día y me alegra ahora mucho más porque con mi sudor sustento a mi familia. Y sí, así de romántica es mi realidad campesina.

Ojalá que la vida me conceda hacer más milpas con don Cuper, ojalá que él siga insistiendo en hacer también tunasmil.

martes, 13 de septiembre de 2022

Corinto

Hoy les quiero hablar sobre la evidencia humana más antigua que hay en El Salvador. Se conoce como Gruta del Espíritu Santo o cuevas de Corinto, es un sitio arqueológico que deberíamos conocer mejor por su importancia y belleza. Esta es mi forma de hacer patria en tu cumpleaños mi querido pulgarcito.


Foto de Alfredo Rivas

Hace 201 años El Salvador se declaró independiente de España, parece que fue hace mucho pero en realidad es poco si lo comparamos con los 2022 años que venimos contando desde Cristo. Y antes de ese señor ¿cómo era el mundo, cómo vivía la gente que lo habitaba?

Pues en estos reinos de pupusas hay evidencias de seres humanos que eran nómadas y vivían de la caza, dormían en los arboles durante el calor y en sus cuevas si el tiempo era frío.

Comían ojushtes y quizá también bailaban con extraterrestres. Bueno la verdad a ciencia cierta no la sabemos pero sí podemos imaginar cómo era su vida gracias a las pinturas que dejaron sobre la pared rocosa de su caverna ubicada en las montañas de Morazán.

El abrigo rocoso de la cueva tiene unos 15 metros de profundidad, la entrada es de más de 25 metros de ancho y del piso al techo hay unos 12 metros. Da la sensación de estar en una enorme concha acústica hecha de piedra blanca. 

En la amplitud de la gruta encontramos dibujos sobre todo con forma humana, algunos tomados de la mano y con cuernos o antenas que los hacen ver de una forma primitiva o inclusive de otro planeta. También se observan algunos animales, uno parecido a un avestruz, palmas de la mano y hasta un sol.

Al principio no se consigue ver mucho, pero bastan unos minutos para que la vista se acostumbre a la oscuridad de la cueva. Aparecen entonces diseños más nítidos y se descubren nuevas formas libres a la interpretación del visitante.

Son principalmente de color rojo oscuro, unos menos son de color café y tonos amarillentos. Se trata de pigmentos naturales provenientes de algún vegetal y/o mineral que debe haber tenido además un elemento grasiento que hiciera las veces de esmalte o pegamento.

La Gruta del Espíritu Santo fue declarada monumento nacional hace 50 años y es la principal muestra de arte gráfico rupestre existente en el país.

Las preguntas que más inquietan a los estudiosos de la cueva son ¿Qué propósitos tuvieron esas pinturas, cuándo fueron pintadas, qué edad tienen las evidencias humanas más antiguas encontradas en el territorio salvadoreño? 4500 años, más de 7000… El dato aún no ha sido sustentado y cada vez hay más personas colaborando para saberlo.

Es el arte que nos habla desde la prehistoria. Ojalá pronto podamos visitar esa caverna, por el momento permanece cerrada desde la cuarentena.