qué hago, cómo lo hago y por qué lo hago. las cosas que me pasan. una ventana. bienvenidos
viernes, 30 de septiembre de 2011
Viajando por la RAAN
Charcos y lodo. Y las vacas nomás retozando, disfrutando de su verde banquete. Las casitas son todas de madera y techos lámina o palma, pequeñas como habitaciones. Están a un par de metros del suelo, adaptadas así porque ahí el agua abunda y llena cada hueco de los potreros donde se forman piscinas y lagunitas por donde se mire. En la entrada de las casas se ven cuches y niños chulones que se diputan algo… un juguete, un pedazo de pan... Lo que se ve viajando por la RAAN (Región Autónoma del Atlántico Norte (Nicaragua)) es pobreza, desde Lisawe, pasando por Siuna y Rosita, hasta llegar a Puerto Cabezas, que en idioma miskito se llama Bilwi. En Puerto Cabezas, la capital de la RAAN, la cosa es diferente, es una ciudad costera donde el 80 % es de los habitantes son de raza miskita. No parece Centro America, parece El Caribe.
El bus que viaja por la RAAN se mece como hamaca, relincha, corcovella. Van dos motoristas, un cobrador y un ayudante. Van afligidos y pendientes de cada pantano a superar. El destartalado bus se detiene ante un charco de media cuadra y los cuatro analizan como pasar. Aun dudosos toman la decisión. Despacio, freno, despacio, freno. Abajo las cansadas llantas formas pequeñas olas color horchata, arriba los abatidos pasajeros rogamos para que el bus no de vuelta, para que no quede trabado y tengamos que saltar al charco y luego quizá a empujar. Es lo emocionante del viaje, cualquier cosa puede pasar. Dicen que desde Managua hasta Bilwi son 22 horas de viaje sin parar. Yo salí de Somoto y cuando escribo estas líneas, en el vaivén del bus, me doy cuenta que ya llevo 24 horas viajando y que este es mi cuarto bus. Me voy cagando del sueño, pero aquí es imposible dormir, ya pegué contra el vidrio, no aguanto el lomo y las nalgas van recocidas. Para mermar el dolor, la mayoría se agarra de los barrotes donde van las maletas, hago lo mismo. El conductor, uno negro y empurrado que cada dos horas grita "vaya los que van hacer agua" (indicación para bajarse a miar), me dice que aún faltan cinco horas para llegar.
En realidad fueron ocho horas las que faltaron después de preguntarle al motorista. Por toda la RAAN el paisaje es el mismo, el mismísimo. El viaje en el bus también es el mismo, el mismísimo durante horas y horas. El viaje en bus más caro que he pagado ($20) y el más largo.
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1 comentario:
Juuuueeeelaaa.... Bueno son las cosas interesantes del viaje si todo fuera color de rosa como que no tuviera mucha emoción! ;) Y despues del viaje a RAAN osea tu Vietnam.. Lo de mas vas a pensar que es chiche! Segui adelante hermano.
Suerte,
Laura
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