Brasil me está gustando, quizá
demasiado. Hoy caminando en chanclas por el centro de Rio hasta me sentí
carioca. La ciudad es tan maravillosa como dice la canción. Me abate porque uno
es galgo y quisiera verlo todo, pero eso es imposible en un par de semanas.
Estas son las primeras impresiones de apenas dos días en Rio.
Desde hace unos 10 años le tengo
un cariño especial a Brasil. Me puse a estudiar portugués y a trabajar con
brasileños. Me puse a escuchar MPB (Música Popular Brasileña) y me venía a dar
una vuelta por aquí escuchando a Caetano Veloso. Me puse a comer feijoada con
farinha. Me puse a “procurar” películas brasileñas y hasta adopté ese “procurar”
en mi hablado. Hasta un negocio quise poner, una venta de jugos de frutas, como
las hay tantas aquí.
Palacio Tiradentes, donde funciona el Congreso estadual de Rio. |
Me he venido a buscar ese algo
sin saber si lo voy a encontrar, sin saber si existe en realidad. Buscarlo o
encontrarlo no me preocupa. Es tan especial que aparecerá o no de forma
natural, supongo, quien sabe. Que llegue o no es algo que se lo dejo al viento.
En Panamá agarré un avión repleto
de brasileños. Intenté dormir un poco durante las seis horas de vuelo y creo
que lo conseguí, a medias, porque cuando llegamos al aeropuerto Galeão
tenía aquella incomoda sensación de desvelo. Pero bueno, había llegado y aun
así cansado me sentí feliz, chis. Me sellaron el pasaporte y me dijeron
bienvenido.
Teatro Municipal de Rio, de los más bonitos en América del Sur. |
Una hora más tarde llegué a
Cinelandia, el ahora centro financiero de Rio. Este es un lugar que ahora me
sirve de referencia. Ahí está el teatro municipal, una joya arquitectónica inspirada
en el palacio de la Ópera de Paris, el cine Odeon y la biblioteca nacional, que
por cierto están reconstruyendo. Se llama Cinelandia porque allá por los años
30 ahí estaba lleno de teatros, bares, cines y restaurantes.
Arcos da Lapa. Al fondo, en forma cónica, la catedral de San Sebastian |
Hablar portugués de veras me ha facilitado todo en Rio. No me quiero imaginar aquí sin esa herramienta y aunque tenía miedo por el acento o la rapidez con la que hablan los cariocas todo ha ido muito bom, beleza.
Es apenas mi segundo día aquí y
me está gustando, quizá demasiado. Hoy salí a descubrir la ciudad sin nada más
que un mapa. Entre otros lugares fui a la catedral de San Sebastián, el patrón
de Rio, y al Real Gabinete Portugués de Lectura, donde vi un ejemplar de “Os
Lusíadas” una epopeya escrita en 1572 por Luiz de Camões. Lusíadas
significa “los hijos de Luso”. La obra habla sobre el pueblo portugués y sus
expediciones a Oriente.
Después me fui a buscar el Paço Imperial, un famoso caserón donde en antaño vivían los gobernantes de Brasil y que ahora es un centro cultural con museo y cafetería. Rio de Janeiro es la segunda ciudad más grande de este país, solo después de Sao Paulo. Fue capital durante la Colonia, el Imperio y la ahora República. Es hasta 1960 cuando se nombra capital a la planificada Brasilia.
Paço
Imperial, se terminó de construir en 1743. |
Tomando fotos estaba cuando
escuché el jelengue de una manifestación. Una más en estos días en Brasil. Esta
vez se trataba de unas 500 personas apostadas frente al Palacio Tiradentes, el Congreso de Rio, protestando en contra del Mundial. Decidí quedarme y tomar
unas fotos.
Se trataba de funcionarios del
sector cultural de Rio. Ellos, al igual que los sectores de Salud y Educación,
exigen que no se reduzcan las inversiones y los recursos en esas áreas a causa de
movilizar millones de reales para las obras de los “megaeventos” (Mundial -Junio
2014 y Olimpiada – Agosto 2016). Ellos gritaban: “Da Copa, da Copa, da Copa eu
quero mais. Eu quero mais dinheiro para saúde e educação”.
A mí
la Copa, o el Mundial, no me interesan mucho. Faltan 22 días para el partido
inaugural y aquí lo que se escucha es que algunos estadios y aeropuertos aún no
están listos. En Rio, lo que han visto estos ojitos chinos, es que aún están
pintando los arcos de Lapa y reparando el Bonde de Santa Teresa, cosas que
debieron estar listas con mayor anticipación.
"Abro mão" sí abrir la mano quiere decir eso: pedir dinero. |