Fui a pasear tres meses a Brasil donde estuve la mayoría del
tiempo frente al mar. Regresé a El Salvador hace un mes y me preguntan cómo
viví el mundial de fútbol. Yo respondo que lo vi en la tele. Aunque el deporte rey
no es santo de mi devoción, hoy quiero compartir como viví la Copa y sobre todo
ideas acerca de un país reencontrado.
Mural en Cruzeiro Novo |
Abre a janela da
favela, você vai ver a beleza que tem por dentro dela. La gramática del
portugués y del español es parecida ¿será? Eso me digo y lo repito cuando me
preguntan al respecto. Lo difícil es pronunciarlo. Es como si la voz saliera desde
la nariz. Gangosa. Saber portugués me facilitó mucho las cosas. Agregué
vocabulario y hasta acento.
Llegué al país del fútbol veinte días antes de que comenzara
la Copa. Yo ilusamente pensé que podría comprar unas entradas al llegar. Nada
muy caro decía yo, pero que valiera la pena. No había nada. Solo en mercado
negro y carísimo. Rapidito me enteré que infelizmente no invertiría en alguno de
aquellos espectáculos.
El anfitrión era favorito y también era anfitrión mío así
que me uní a la torcida brasileira. Chis.
En Rio
había protestas. Vi dos, un día convocada por trabajadores del sector cultura y
la otra por profesores de educación física. Los culturales gritaban: da Copa, da Copa, da Copa eu abro mão, eu
quero mais dinheiro pra saúde e educação. Unas 500 personas en cada una.
Nada parecido a lo ocurrido en junio de 2013 durante Copa Confederaciones.
Protesta de trabajadores del sector Cultura. Rio de Janeiro. |
Compré el periódico para enterarme de algo. En el hostel que
pernoctaba no se hablaba mucho del tema. Ni siquiera se hablaba tanto portugués,
servía bastante más el inglés.
O Globo del domingo 1 de junio traía resultados de una
encuesta, entre ellos que más del 70 % de la población quería disfrutar de Nossa Copa y no irían a protestas. Otros
titulares decían que más de un billón de reales se movería en Rio durante el
evento y que la ciudad esperaba recibir unos 950 mil turistas !Yo y mis
chirilicas éramos noticia!
Entre otros temas, el periódico destacaba el caso de un
policía que fue flechado por un indígena durante una protesta días atrás en
Brasilia y que el ejército asumiría la seguridad de las selecciones.
En las notas deportivas los posibles titulares: Julio Cesar, Daniel Alves, David Luiz,
Dante, Henrique, Marcelo, Luiz Gustavo, Paulinho, Hulk, William, Oscar, Neymar,
Fred y reseñas del triunfo 4 x 0 de Brasil sobre Panamá, amistoso recién disputado
en Goiânia.
Tá tudo pronto,
decían los jugadores en la tele.
Salí a
la calle para conocer el ambiente. Fui al Largo
da Carioca y encontré a chicos y grandes intercambiando las tarjetas del
álbum, televisores “baratos”, y comerciantes con banderas, trompetas y camisas.
Un amplio surtido para el aficionado. Dejé Rio y me fui a Brasilia. Me esperaba
mi familia brasileña con quienes disfrutaría dos partidos desde la comodidad de
un sofá.
Comercio en Largo da Carioca. Rio de Janeiro |
Brasil – Croacia. Jueves 12 de junio. Desde días atrás las
familias coordinaron lugar, comida y bebida. Residía en Cruzeiro Novo, en un SHCES o Setor
de Habitações Colectivas Econômicas Sul, y me desplacé a las cercanías de
la UnB (Universidade de Brasilia) donde
alguna vez pensé estudiar.
Son las 4:00 pm. Las calles están más vacías que de
costumbre. Somos unos 15 emocionados en un segundo piso. Tenemos plasma,
cerveza y comida. Comentan que la inauguración no estuvo a la altura. É a Copa! El show ha sido una bosta. Debieron incluir a Ivete Sangalo.
Arranca el partido. Como lo predije, Brasil comenzó perdiendo.
Autogol de Marcelo. Nadie sabe qué cara poner. Luego, con mucha samba, como
debe ser, tres goles del anfitrión y que comience la fiesta.
Compartiendo con familia Rezende en casa de Livia y Marcello. |
Brasil – México. Martes 17 de
junio. Duelo latino. México en portugués suena a mueve el culo. Mexe o cú. Mismo lugar, misma compañía.
El goleiro mexicano ha sido un héroe y
se ha impuesto ante todos los balones que iban hacia el fondo de la portería.
Final aburrido, sin goles. Recordamos que es martes y que mañana se trabaja.
Nos despedimos y regresamos a casa.
Brasil – Camerún. Lunes 23 de junio. Arraial d´ajuda, Porto
Seguro, Bahia. Estoy en la calle Mucugê, a
rua mais charmosa do Brasil, sin donde sentarme pero en el bar más
abarrotado de la zona: La Morocha. Pantalla gigante, música en vivo, gente guapa
y cervezas a precio tres veces más de lo normal. Fiesta de goles y de rock and
roll. Un día antes mi cumpleaños había sido un domingo gris sin ninguna
felicitación. Hoy parranda, amigos y amor. Brasil 4 – Camerún 1. Brasil clasificado
y líder de grupo.
Brasil
– Chile. Sábado 28 de junio. Nuevamente fiesta en La Morocha. Un mar de
aficionados de verde con amarillo y al centro cinco orgullosos visten camisetas
rojas y cantan en español su himno. Gol de Brasil y todos olvidan a los amigos
rojos quienes minutos después saltan emocionados. Brasileños se llevan las
manos a la cara y no creen en el empate. Sufrido partido que llega hasta los
penaltis donde Brasil se impone. Más Rock and Roll.
Calle Broadway en Arraial d´ajuda. Porto Seguro. |
Brasil – Colombia. Viernes 4 de julio. Piracanga: Centro
para el Desarrollo Humano en Itacaré, Bahia. Hay una
casa, de entre 50, donde van a pasar el partido. Todo interesado estará allá.
El costo es de R$5.00. Hay bocadillos y bebidas. Desde el minuto siete el
capitán Thiago dá confianza a la torcida.
James Rodríguez asusta casi al final, pero nada que impida el pase a semis.
Brasil 2 – Colombia 1.
Brasil
– Alemania. Martes 8 de julio. Misma casa en Piracanga. Duelo definitivo. Lluvia
de goles alemanes. Nadie cierra la boca y se miran como perdidos, buscando
algo. Ninguém merece. A cinco minutos
del final, el dueño de casa apaga la tele. Funciona con energía solar y es
mejor ahorrar. Caras largas. Martes negro. Brasil fuera de su copa. Después de
esto deje de ver partidos. Para mí y para miles más la Copa había acabado.
Caminando por la playa hacia Piracanga. |
Vi por casualidad los últimos minutos de la final. Nada
espectacular. Hasta hoy me entero que Brasil además perdió su disputa por el
tercer puesto contra Holanda.
Como ya dije, el fútbol nunca me ha gustado mucho. En los
intramuros era tan malo que mis compañeros me dejaban usar la camiseta 10. Se
decía que era la del mejor jugador. Una de tantas ironías escolares. Me gusta
el rugby y me imagino que quienes se emocionan jugando fútbol sienten como yo
cuando hacia un try o recibía un buen pase.
Ya de regreso en El Salvador. Trabajando en Guacotecti.
Bendiciones.