martes, 21 de julio de 2015

Círculo de Bananeiras

Mata de huerta se dice Bananeira en portugués. Un grupo de estas plantas formando un círculo son parte de una tecnología apropiada para tratar las aguas jabonosas; grises. Las hojas de una  Bananeira en edad adulta pueden evaporar hasta 15 litros de agua en un día. Hacer que el agua circule no es magia, es Permacultura.


Majonchos

Los participantes de la Escuela se Servicio, en Piracanga, podíamos elegir dos de entre cuatro disciplinas para conocer el Centro: Cocina, Artes, Carpintería y Permacultura. Aprendí mucho haciendo esto último. Conocí gente fabulosa practicándolo.

En la costa de Itacaré, Piracanga se reforesta a través de la Permacultura. Su suelo arenoso necesita convertirse en tierra para poder multiplicar su vegetación. Su manto acuífero está a cuatro metros de la superficie. Ésta agua es protegida de la infiltración de aguas grises a través de Círculos de Bananeiras

La cosa es simple. Se cava un hoyo de un metro de profundidad por dos metros de diámetro aproximadamente. Se coloca la tierra alrededor formando un anillo que servirá como borda para que no entre la lluvia.

Luego se rellena con troncos y ramas secas de varios tamaños y se siembran las Matas de huerta en la periferia del círculo ¡Listo! Ya se pueden conectar al hoyo los tubos del agua gris. El mejor tratamiento es reaprovecharla.


Tubos de 2 pulgadas llevan el agua gris hasta el círculo.

Casa Tamarindo ya tiene ducha al aire libre. El agua con jabón cae en uno de los dos Círculos de Bananeira que he construido. Mi casa, que pretende sostenerse mostrando cómo funcionan este tipo de tecnologías limpias, ya cuenta además con Baño Seco y Energía Solar

Como toda tecnología apropiada, estos círculos requieren de un cambio cultural y de hábitos de parte de quien los utiliza. Obviamente el cloro y los detergentes no le hacen bien a las Bananeiras que prefieren el uso de jabones y productos naturales. He comprobado que el Jabón de Cuche, Jabón Negro o Jabón de Aceituno le viene bien a todo. 

¡Ya se pegó la huerta!

Permacultura es Agricultura permanente. Es hacer puñitos y reutilizar la materia. El agua que tenemos en el planeta es la misma desde su origen ¡Los mismos millones de litros! 

Yo la uso una vez, la reutilizo regando mis plantas mientras me baño y la reinvierto de forma controlada y sin molestar a nadie al gran círculo del agua bendita que fluye.

Cantarera

Casa Tamarindo pretende no pagar recibos de ningún tipo; nunca. Sin embargo, nació con el recibo del agua. Quiero tener un pozo y a los pocos apearse ese recibo del lomo. Ser sustentable. Ser libre.

viernes, 10 de julio de 2015

Mis muchachos

De pequeño nunca me simpatizaron las mascotas. Era mi hermano quien se preocupaba por alimentar animales, bañarlos y botarles la caca. No eran mis actividades. Sí, de niño me divertían un rato sin embargo ya adulto hasta les desarrollé un cierto asquito.

En mi casa siempre hubo peludos de cuatro patas. Los canes eran los favoritos de mi brother. Una vez, el día de su cumple, se le ahorcó una pareja de cachorros. Fue un sufrir que recuerdo espantoso. También recuerdo su pasión por ellos, si veía uno en la calle, y le gustaba, era capaz de robarlo. 

Hoy quiero contarles que eso ha cambiado. Desde el año pasado me convertí en el feliz amo y compañero de João y Tuanisha.

Siempre es mejor empiernados.


La preciosa hijita de mi amiga en St. Vincent tiene como gracia Tuanisha. João, por su parte, es muy popular en Brasil, es Juan en portugués. Esos nombres simplemente me gustan, no tienen malicia. 

Esos muchachos viven conmigo en la Tamarindo desde el 2 de febrero. Este post ha tardado meses en cocinarse. Hay les voy.

¿Por qué el cambio de actitud? La verdad no sé. Quizá la gana de tener vigilancia privada las 24 horas... algo que se ha ido transformando en compañía, convivencia y amor.

La Tuanisha, Juanicha o Juanita me cayó bien desde bebé. Con João nos hemos entendido con el tiempo. Ellos son hermanitos, hijos de la Candela y ahora mis mascotas, que quiero y que me enseñan. 

Son mis hijos orgánicos que comen de tres restaurantes, entre ellos uno de comida china. Un baboso de una moto les acarrea el alimento todos los días. El baboso es cumplidor. Nunca les ha fallado. 

Retrato de Tuanisha I del reino de La Antena

Ese baboso, yo, también ha leñatiado a esos muchachos. No sé que tan buena idea fue agarrarlos tiernos y verlos crecer. Al principio eran encantadores y yo un padre alcahueto. Ahora que ya tienen siete meses hay días que sus travesuras me vuelven loco. He tenido que zamparles. Hemos tenido días duros.

Los cabroncitos no dejan en paz las plantas y hacen hoyos por doquier. Me obligan a tener la casa limpia y ordenada, no puedo dejar una bolsa de plástico en mal puesto porque la destrozan. Les había agarrado de subirse a la mesa, algo que están dejando a fuerza de palos. Mi moraleja: una mesa siempre tiene trastos sobre ella, sino los tiene quizá no sea mesa.

Ahora se han vuelto callejeros. Se van a rodar mundo cuando se les antoja. De eso he aprendido a no quejarme, puede que sea hereditario. 

João regresando de la calle.

João es el más vagabundo. Le ladra como estúpido a las motos, supongo que su naturaleza aguacatera no le permite dejar de hacer semejante pendejada. La Tuanisha es más casera y glotona. Ella es feliz echadita haciendo la digestión.

Tenemos un amor-odio con esos cachorros. No me demanden. Cada vez me los sueno y los amarro menos. Me emociona verlos crecer y son excelente compañía. Quizá no sea un chucho-lover pero ver a mis muchachos jugando felices me hace feliz. Me dibuja una sonrisa y me dan ganas de contárselo al mundo. 




Foto actual. Adolescentes terribles.

P.D. También tengo una gatita: Borboletti Nohemy. Futuro post: el apasionante mundo de los gatos.