Participantes del grupo scout 87 en el Desafío del Jiboa, marzo de 2018 |
El volcán de San Vicente o Chinchontepec es el segundo más
alto de El Salvador. Tiene la característica de tener dos puntas, la más alta
mide unos 2,180 msnm. Es superado únicamente por el Lamatepec, o volcán de
Santa Ana, que tiene 2,381 msnm.
Abarca cuatro municipios: Tepetitán y Guadalupe (San
Vicente) y San Juan Nonualco y Zacatecoluca (La Paz).
El volcán se hizo famoso una noche de agosto de 1995 cuando
un avión de Aviateca se impactó casi en la cima. No hubo sobrevivientes,
murieron 65 personas. La causa principal del siniestro habría sido la
desorientación del piloto debido a una tormenta tropical.
Se desconoce la fecha de su última erupción, sin embargo, al
explorarlo se pueden ver enormes grietas, que parecen ríos secos, donde pudo
haber bajado la lava hace unos 1,500 años.
Se le considera activo porque en la zona conocida como Los
Infiernillos se ubican manantiales de aguas termales que emanan fuertes vapores
y humo sulfúrico. Los expertos consideran que se trata de un “respiradero” del
volcán.
Vista del valle de Jiboa y poblados de San Emigdio (Guadalupe) y Verapaz. |
Comenzamos la caminata a las ocho de la mañana. Me pidieron
que acompañara a los organizadores para que les ayudara a colocar pistas. Los
chicos se habían dividido en seis grupos de cuatro integrantes para vencer el
desafío.
En el trayecto, debían orientarse con nuestras señales y superar
algunas pruebas como descifrar mensajes en clave morse. El primer equipo que
llegara completo a la cima conseguiría más puntos para ganar un premio.
A las 10 de la mañana el cansancio se hizo sentir y los equipos
estaban a escasos minutos de nosotros. Había que acelerar el paso y dejar la
apreciación del paisaje y la naturaleza para después.
Hay mucha fauna y flora en el volcán. Encontramos estiércol de coyote y madrigueras de armadillos. También hubo chance para avistar aves.
Bosque. Hubiera querido quedarme sentadito aquí un rato. |
El guía nos dijo que faltaban unas tres horas para llegar. No
nos estaba metiendo miedo. Había que tomar conciencia del reto. Entendí que no
todos podíamos ir al mismo ritmo así que me quedé atrás para transmitir eso a
los muchachos.
Un palo seco de café me ayudó mucho en las partes más empinadas. |
Llegamos a la cima entre la una y las dos de la tarde. Al
llegar cada uno recibía un nudo con la inscripción “Yo vencí el Chinchontepec”,
la mejor presea para un muchacho scout. A las 2:30 pm iniciamos el descenso.
Fue más rápido, pero las piernas temblorosas provocaron varias caídas.
En el camino de regreso los que no alcanzaron a subir nos
felicitaban y por fin podíamos tomar agua sin reservas. Sin embargo, hizo falta
un último esfuerzo para llegar finalmente a las 5:30 pm al Centro Escolar
Cantón San Emigdio donde pernoctamos por dos noches.
Una nueva presea scout para mi colección. |
Me doy cuenta que en esta tierra de volcanes aun tengo
varios pendientes. Ha sido con los scout también que he podido subir el Izalco
y el de San Salvador. Pero me falta el de Santa Ana, el Chaparrastique (San
Miguel), el Conchagua (La Unión) …