jueves, 31 de octubre de 2019

Meditación

La meditación purifica al corazón. Esto fue lo que aprendí en un evento de la Organización Internacional Sathya Sai (OISS) al que asistí a finales de mes. El encuentro se realizó a orillas del lago Atitlán, en Guate.

“Para entrar al Nirvana el primer paso es entrar consciente al sueño”, Buda.

La OISS es un movimiento espiritual de origen hindú que tiene como guía las enseñanzas del maestro Sathya Sai Baba. La sabiduría de Baba ha llegado a muchos rincones del planeta, incluyendo a nuestro país y casualmente también a mi pueblo Sensuntepeque.

Fui Balvika, nombre dado a los hijos de los devotos, y continúo reuniéndome semanalmente con un pequeño grupo. A veces nos juntamos todos los devotos del país, de la región o del planeta.

Del 25 al 27 de octubre se realizó en un hotel de Panajachel un retiro que reunió a devotos de Guatemala, El Salvador, México y Costa Rica. El evento contó con dos invitados especiales: Edelio Sánchez y su esposa Tibisay. Sánchez, de origen cubano, es doctor en homeopatía y autor del libro “La autorrealización un camino alcanzable”.

“Ser santos no es el privilegio de algunos, es el deber de todos”, Madre Teresa.

La meditación es fundamental en las religiones y en las prácticas espirituales de la India. Para los devotos de Baba meditar es conectarse con Dios. Un acto donde se aquieta la mente para pensar de manera correcta y tomar decisiones adecuadas. Saber meditar nos acerca a la Realización, que es el objetivo de todo devoto.

Durante el retiro, Edelio nos habló de cómo mejorar nuestras meditaciones.

Empezó diciendo que el corazón determina al cerebro y no a la inversa como se creía. Esta afirmación ha sido confirmada científicamente, pero muy pocas personas lo saben.

Conscientes de esa realidad, nos dijo luego que el ingrediente más importante de la meditación es el amor.

Nos explicó que la variabilidad de la frecuencia cardíaca del corazón produce señales ascendentes y que esas señales forman ondas que pueden transmitirse. Así, aunque parezca increíble, los seres humanos somos capaces de modificar fenómenos naturales o sociales con el simple y complejo hecho de tener consciencia de esas transmisiones.

Esto funciona igual que las ondas electromagnéticas usadas en la radiodifusión, los teléfonos celulares o el Internet donde hay un emisor, un receptor y antenas para transmitir y recibir los mensajes.

Insisto, a muchos esto les puede parecer mágico, pero según Edelio hay investigaciones y confirmaciones al respecto en el campo científico.

 “Aquellos que me busquen sin descanso;
poseedores de verdad, rectitud y amor me alcanzarán”, Sathya Sai Baba.

Luego de ofrecernos ese contexto, Edelio nos ayudó a entender cómo mejorar nuestras meditaciones. Una de sus principales sugerencias fue ser cuidadosos con respecto a los alimentos que consumimos. “Si controlamos lo que comemos será más fácil controlar lo demás”, dijo.

La tradición hindú reconoce tres tipos de alimentos: sádvicos (equilibrio), rajásicos (pasión) y tamásicos (inertes). La alimentación para tener mejores resultados en la meditación debe ser sádvica. 

Esto va más allá del vegetarianismo o el veganismo. Una dieta sádvica es un régimen con el 80 % de alimentos crudos.   

Alimentos ofrecidos a Dios, puros, naturales y frescos. Semillas y legumbres germinadas. Una sola comida al día y nunca comida recalentada. Mucho cuidado con la forma de preparación, los utensilios y las intenciones de las personas que sirven la comida.

Como se imaginan, este régimen puede parecer una locura en nuestra sociedad, pero en India, y en otros lugares del mundo, hay mucha gente con un alto nivel espiritual que lo mantiene.

En lo personal, no creo cambiar de la noche a la mañana mis hábitos alimenticios. Entiendo esto como un proceso en el que es posible ir tomando conciencia con lo que uno se lleva a la boca.

Suculenta

Además de la alimentación, Sánchez sugirió que al meditar busquemos un ambiente tranquilo, sin interrupciones de ningún tipo. Sentarnos cómodamente colocando un aislante entre nuestro cuerpo y el piso (una silla, un cojín o incluso un pedazo de tela doblada).

Reposar las manos sobre las piernas en forma de Gyan Mudra, esto es juntar las puntas del pulgar y el índice para formar un círculo y extender los otros tres dedos, dejando la palma estirada.

Poner la lengua atrás de los dientes superiores y respirar tratando que el ritmo y la cantidad de aire al inhalar y exhalar sea el mismo, de forma natural. 

Lo siguiente es reducir el número de respiraciones. Si normalmente respiramos (inhalar y exhalar) diez veces por minuto podemos intentar reducir ese número a ocho, seis, cuatro o inclusive únicamente dos veces por minuto o hasta quedarnos en apnea (sin respirar).

Espero no haber dicho que esto de meditar es algo fácil o que yo sé hacer todo esto. Soy un devoto principiante, una simple criatura con muchos apegos y debilidades por superar. 

Sin embargo, es muy inspirador asistir a retiros como al que fui a Pana. Doy gracias por conocer una pizca de esta sabiduría y poderla compartir con ustedes, mis lectores.

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