Este
es el volcán de moda en El Salvador por su espléndida vista al golfo de
Fonseca. Inauguro el 2020 con este post donde explico las opciones para visitar
al guardián costero del departamento de La Unión.
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Amanecer 06-01-2020 desde volcán Conchagua, La Unión, El Salvador |
El volcán de Conchagua siempre ha tenido una fabulosa
vista al golfo, pero su popularidad es reciente. Lo que pasa es que muchos
desconocemos su atractivo, quizá por la lejanía de la capital (aproximadamente a
190 kilómetros) o porque otros destinos volcánicos como el Boquerón (San
Salvador) o el Ilamatepec (Santa Ana) son más sonados a nivel turístico.
Hace un par de años esto comenzó a cambiar. El guardián del
golfo, como se le conoce, se ha vuelto muy notorio gracias a un espacio construido por un ambicioso empresario.
Se llama Espíritu de
la montaña el mirador donde cientos de nacionales y extranjeros van a tomarse selfies para publicar en sus redes
sociales. Pero en el Conchagua hay más que ese observatorio, como voy a
describir más adelante.
Cómo llegar
Para subir el volcán no es necesario ir al pueblito de
Conchagua o a la acalorada ciudad de La Unión. Hay un bypass que evita esos destinos y lo conduce a uno en dirección al
abandonado puerto Cutuco. Luego de un par de kilómetros en esa vía, a mano
derecha, está el desvío y una señal que dice: 12 Km VOLCÁN DE CONCHAGUA.
A partir de ahí la calle es pavimentada únicamente por
tramos y comienza el ascenso. Se pasa por tres poblados: Amapalita, Yologual y
El Faro. Unos seis kilómetros después se llega a un portón donde hay un rótulo
de madera donde se lee: Bienvenidos al área natural protegida complejo Conchagua.
Hasta ese portón, todo bien en cualquier tipo de vehículo,
incluso hay servicio de transporte público hasta ese punto. Luego se recomienda
un carro 4 x 4, pero esto no es ley. Con mi novia nos aventuramos en mi pick up, un Tacoma automático 4 x 2, y no tuvimos inconvenientes. No recomendaría
de ninguna manera subir en un carro tipo sedán. De pronto sí sube, pero el carro
sufriría demasiado.
Pues bien en el mentado portón se pagan $5 por cada
vehículo que ingresa. Este cobro lo administra una cooperativa local. Me
imagino que la comunidad, con el visto bueno de las autoridades, aprovecha para
también sacar tajada de los turistas. Yo lo veo bien y creo que si uno va
caminando ese cobro no existe.
Sobre ir caminando, no invito a esa hazaña de ninguna
manera. A partir del portón el panorama es desolador y las cuestas son empinadas sobre una calle empedrada. No me imagino subiendo los seis kilómetros
restantes con todo mi equipo de camping. Pero bueno para gustos los colores, yo
aquí únicamente les dejo el dato.
Un abandonado parque nacional
Unos tres kilómetros después se encuentra otro rótulo: Turista, te encuentras en volcán
de Conchagua. A 1157 msnm se trata de la entrada a unas desoladas instalaciones
gubernamentales administradas por el ministerio del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (MARN). Se trata de la entrada al parque nacional Conchagua, si le
queremos llamar así.
Digo desoladas instalaciones no solo por los rótulos despintados, sino también
por la poca afluencia de turistas a ese lugar. La moda de ir al volcán de
Conchagua es ir al mirador Espíritu de la montaña y no a estas instalaciones mal
administradas por el gobierno.
Ese primer día seguimos hasta el mirador de moda,
pero al día siguiente bajamos para conocer el parque nacional, porque nos
dijeron que también tenía una vista que valía la pena. Antes del famoso mirador
el parque era el único destino en el volcán de Conchagua.
Al llegar ahí un despistado vigilante nos indicó los precios: $3
por el ingreso de nacionales y $5 si se quiere quedar acampar. También hay
cinco cabañas que huelen a hollín donde por $25 se pueden hospedar cuatro
personas. Las cabañas tienen sanitario y ducha.
Pues bien, nosotros solo pagamos el ingreso, preguntándonos si realmente no estábamos botando dinero. Caminamos un par de
kilómetros hasta el mirador principal y nos dimos cuenta que la vista sí es mejor
que la del Espíritu de la montaña, más amplia y con una panorámica de la ciudad
de La Unión incluida.
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Golfo de Fonseca desde mirador del parque nacional Conchagua |
Ahí me pregunté ¿cómo es posible que el gobierno se deje
ganar el mandado por la empresa privada? Yo mismo me respondí: esto no es nada nuevo. Cuando regresamos del mirador, únicamente una familia almorzaba en el parque nacional. Muy poco, en comparación
con las más de 100 personas que habían acampado una noche antes en el mirador
privado.
El MARN debería tomar cartas en el asunto y devolver la vida
al parque nacional. Aprovechar la fiebre de los selfies. Lo juro, el
parque tiene mejor vista que el famoso mirador, pero hace falta mejorar las
instalaciones, revitalizar esa fuente de ingresos. Ojalá Nayib lea esto y ordene las mejoras desde twitter.
Espíritu de la montaña
Hace unos cinco años, Luis Díaz, propietario de la finca San
Cristóbal, comenzó a construir el mirador
Espíritu de la montaña. La finca está un par de kilómetros más arriba del parque nacional. El mirador es un entarimado de madera al bordo de esa cima
que ofrece la mediática imagen del golfo y sus islas.
Este empresario también ha construido cabañas, donde por el
momento únicamente pernoctan sus empleados, y se nota el mantenimiento que le da a algunas áreas
de jardín. El destino turístico, que abrió al público hace
unos dos años, aún no está listo para el flujo de personas que recibe. Por todos lados se ve que continúa en construcción.
Por el momento hay únicamente un sanitario habilitado, el
sábado que llegamos habíamos más de 100 personas instaladas y una fila de hasta
10 urgidos esperando para usar el baño. Hay otros servicios higiénicos encaminados, además de un restaurante, que se espera estén listos a finales de
este año cuando el lugar se inaugure oficialmente.
Ni se les ocurra pensar en ducharse ahí. Tanto el agua (lluvia) como la energía (solar) son cosas limitadas. Nosotros nos dimos un baño francés con una cubeta de agua y cargamos nuestros teléfonos a escondidas.
También se construye un acceso de concreto que permitirá la
accesibilidad a todos, por el momento hay que caminar un par de cuadras desde
donde se deja el carro hasta el mirador.
Hay una tiendita que vende cosas básicas como café y
golosinas. También se ofrecen desayunos y cenas que no llegué a degustar porque me advirtieron que la comida era insípida y que lo mejor era llevar mi propio
bastimento.
No me gusta juzgar algo que desconozco pero mi franca recomendación es
llevar su propia comida fría para no pasar hambre en caso que se decida
acampar.
La entrada al mirador cuesta $5 y acampar $2. Nosotros nos
quedamos dos noches y únicamente pagamos los $7 por persona que cancelamos el primer día.
Un perro husky de nombre Ranger y una cabra llamada Blanquita son las mascotas del lugar.
Una última cosa, si se quedan acampar no lo hagan en el entarimado, el viento allá arriba sopla fuerte entre octubre y febrero. Los que no aseguraron bien su tienda de campaña tuvieron que desmontarla a media noche.
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Photo by Mayra Arely Méndez |
En el Espíritu de la montaña hablé con don Oscar, uno de los
empleados que amablemente me dio muchos de los datos que aquí
comparto. Me explicó por ejemplo que el mirador cuenta con un servicio de
trasporte desde La Unión.
Por $15 te suben y te bajan del volcán en un camión tipo
militar al que le dicen “Conga”, este precio además incluye el costo de la
entrada y el camping. Para reservar
cupo hay que llamar al 7484 9950 y adecuarse a sus horarios.
Gracias a las indicaciones de don Oscar también
pudimos subir al cerro Ocotal, o cumbre conocida como “las antenas”, a 1225 msnm y el punto más alto del Conchagua que ofrece una panorámica del volcán
Chaparrastique (San Miguel).
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Volcán Chaparrastique (San Miguel) desde cerro Ocotal o cumbre "las antenas" |
Pues bien, pueden ir al parque nacional o al Espíritu de la montaña. La cuestión es que el Conchagua es un destino sumamente recomendado al que se puede acceder con un bajo presupuesto y no necesariamente en tours carísimos, de hasta $250, como sugiere el sitio trip advisor.
Fonseca
era el apellido de un sacerdote español, de los que hace 500 años vinieron a colonizar estas
tierras. Ver el despertar de un nuevo día desde el Conchagua y tener enfrente a las
aguas del golfo es maravilloso. Visualizar desde un punto los territorios de tres países (El Salvador, Honduras y Nicaragua) también es algo único.
El entrante de agua, con sus aproximadamente 3200 kilómetros
cuadrados, y su archipiélago parecen sacados de la caricatura de Goku. Vayan. No se van arrepentir.
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Golfo de Fonseca. Fuente: NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) |