jueves, 13 de diciembre de 2018

Iramón


Al extremo Este del departamento de Chalatenango se eleva el cerro Iramón. Siempre que atravieso la frontera entre Cabañas y Chalate me quedo boquiabierto admirándolo. Tuve el gusto de dormir en su cumbre hace unos días. Por si alguien quiere ir aquí les digo cómo. Es un paseo que recomiendo y me ofrezco de guía para los interesados.

Buenos días señor Sol, 28 – 11- 2018

San José Potrerillos es un cantón pujante. Sus callecitas están pavimentadas y sus casas tienen ese aire de haber sido construidas con fondos y gustos de hermanos salvadoreños que residen en el exterior, principalmente en los Estados Unidos.

Es un cantón del municipio Nombre de Jesús y aunque existen otras rutas para subir al cerro, este es el acceso más común. La gente de Potrerillos me pareció simpática y acostumbrada a hablar con otra gente, también simpática, que tiene ganas de conquistar esta cumbre.

El acceso para llegar a este poblado es a través de la carretera Longitudinal del Norte, a la altura de la presa 5 de noviembre. Por cierto, ahí está también el puente más alto de El Salvador con sus míseros 27 metros.

Una vez en Potrerillos cualquiera le indica a uno por donde ir para comenzar la caminata. No hay ninguna señalización por lo que es esencial el contacto con los lugareños.

La indicación de todos coincide y es simple “cuando agarre el camino siga recto”. No hay nada más que eso y seguir el instinto por al menos 12 kilómetros hacia arriba.

El Iramón mide 957 msnm. Foto de Anael Mejía

Comenzamos a caminar cerca de las 3:00 de la tarde. Atravesamos primero por un rio seco, luego potreros y partes boscosas. En el camino hay apenas un oasis de agua que baja del cerro y donde recomiendo abastecerse.

Subíamos animados cuando nos encontramos a una señora que acarreaba broza de frijol, ella misma era quien les había dado sal a las vacas que habíamos visto pastar.

Apenas encontramos tres casas en el camino, las primeras dos abandonadas y una tercera más en la cumbre, extrañamente habitada, después de eso solo queda el potrero. Digo extraño porque en realidad está muy aislada, pero parece gente bien, me gustó porque han cultivado bananos y han sembrado mucho cacao.

Parecía que nunca llegábamos y nos agarró la noche. Estaba oscuro cuando llegamos a la cima, pero afortunadamente encontramos la zona de acampado. Recomiendo comenzar a subir por lo menos a la 1:00 de la tarde para llegar arriba antes de las 5:00.

No hay mucho espacio en esta zona y hay talpetate a pocos centímetros de la tierra. Lo sé porque me fue difícil clavar las estacas de la tienda. Sin embargo, sí había restos de una hornía de piedras que tenía ceniza y algunos maderos a medio quemar.

Las luces de los poblados ganaron intensidad. Bajo nuestros pies veíamos los focos de Potrerillos, Nombre de Jesús y San Antonio de la Cruz. Al fondo alcanzamos a ver principalmente parte de San Salvador, Cojute, Ilobasco y Sensunte.

Cenamos y reímos frente a una fogata y bajo un cielo estrellado.

Día 2

Embalse 5 de noviembre y al fondo el Chinchontepec

La mañana siguiente el visual era aún más fabuloso. Era como ser un ave y estar sobre el árbol más alto con disposición a volar. Vimos con claridad el volcán Chinchontepec y los volcanes de San Salvador, Izalco y Santa Ana.

La vista al frente era el rio Sumpul que se asoma al embalse y el rio Lempa que continúa su paso al oriente de El Salvador donde sirve de frontera natural con Honduras, en el departamento de Cabañas.

Desayunamos e iniciamos el descenso. Tomamos un refrescante baño en el oasis y aterrizamos nuevamente en Potrerillos. Regresamos a eso de la 1:00 de la tarde a Ilobasco, desde donde salimos el día anterior con David, Anael y Nicki.

Quitando un par de garrapatas que se me pegaron y una llanta pinchada el viaje al Iramón fue estupendo. Lo he googliado y fue muy poca la información que encontré así que aquí se los dejo como el último post del 2018.

En Internet encontré que también le dicen Eramón y que ese nombre significa sierra de los conejos, y sí hay mucho de ese zacate que le dicen “de conejo” y que sirve para hacer los techos de las casitas que se ponen en el nacido durante esta época navideña.

También leí que el poblado llamado Arcatao, ubicado a unos 10 kilómetros al norte de Potrerillos, se fundó en la cima del Iramón, que esos ancestros se llamaban Aguacao y que en el lugar hay restos arqueológicos como dos terrazas superpuestas de 250 y 100 metros de base.

De esto no vi nada, les dejo el dato por si van, para que pelen el ojo. 

jueves, 8 de noviembre de 2018

SensunteUrbe

Urbe ha nacido para llevar a los sensuntepecanos información de calidad concerniente al terruño amado. Personas, lugares, acontecimientos… todo lo que merezca un eco sobre Sensunte está aquí. Por cierto esta es la entrada número 100 de este bloguer! Ujuuuuu  


Nuestro logo destacando los 400 cerros

Comenzó como una plática con mi colega y amigo de infancia José Luis Rodríguez Guevara, más conocido como Jose, así sin tilde.

Fue él quien me lo propuso y ahora ya tenemos esa plataforma, que era solo una conversación, pero que ya se ha establecido, al menos en el cyber mundo, donde gustamos a muchos.

Ambos somos profesionales de las comunicaciones y amamos ese pueblo lleno de cerros llamado Sensuntepeque. Fue todo lo que necesitamos para comenzar a darle forma a Urbe.

Decidimos comenzar con entrevistas a personas que nos parecen interesantes. No la entrevista encajonada de siempre sino irnos a una locación característica del pueblo donde se pueda conversar con pasión y sin ataduras.

Así nos montamos en la chicao con Laura, fuimos al parque Cabañas a platicar con Nin, vino Poneto de España y lo abordamos en la Canchita y nos fuimos a reír a la peluquería de don Armando Bulla. La próxima es una charla que mantuvimos con el Seco Aldana caminando en la Longi.

Yo nunca me imaginé frente a cámaras, pero debo confesar que en Urbe nunca he sentido nervios de mostrarme al público. Claro que no ha sido fácil, voy aprendiendo en el camino y me siento satisfecho con lo que hay hasta ahorita.

Cayendo en la demencia de los selfies

Cada vez que hablamos con Jose nos inundamos de ideas y cosas que podemos hacer con Urbe. Me gusta porque la amistad nos permite ser flexibles en cuanto a propuestas y receptivos a las críticas.

Queremos hacer muchas cosas, crear alianzas estratégicas, tener responsabilidad social y darle a Sensunte ese espacio de comunicación adeudado.

Suscríbanse a nuestro canal de YouTube o den Like a nuestra fanpage en Facebook para no perderse los detalles de esto que apenas comienza.

lunes, 1 de octubre de 2018

Voluntariado

Aquí el programa de voluntariado de Tamarindo. Les comparto esta primera experiencia con Viki (Francia) y Gerson (Honduras). Vengan a experimentar. Compartamos.

Pienso que hacer voluntariado es compartir lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo. Compartir lo que somos, lo que sabemos. Sin horarios ni salarios. Pura amistad.

Yo tuve una linda experiencia de voluntariado en el Zopilote de Ometepe, en Nicaragua. En mi casa es algo que siempre he tenido en mente, que no había vivido pero que me pasó hace unos días y se los traigo como post de octubre.

Tengo un tío que vive en Livingston, Guate, que conoció a una chica y pensó que sería interesante que Viki, la francesita, pasará por mi casa en su ruta hacia el sur del continente.

Un par de meses después Vicki me contacta, me cuenta que ya está en El Salvador y que está viajando con un amigo hondureño.

Acordamos hacer un voluntariado, un primer experimento, en mi casa. Ella viene de trabajar y viajar haciendo voluntariado hace varios años, él tiene experiencia en turismo y foto, vive la emoción de su primer viaje fuera de las Honduras. Por mi parte pienso que el experimento es un excelente chance de poner sobre papel este programa.

El resultado fue que pasamos una semana jugando a ser mejores amigos, hablamos con sinceridad, compartimos tiempo de calidad, aprendimos y principalmente nos encontramos para ahora decir que nos conocemos.


De goma tomando sopa de frijoles

Estas son pues las especificaciones del programa:

PROGRAMA DE VOLUNTARIADO
DE TAMARINDO CASA SUSTENTABLE
ACTUALIZADO A OCTUBRE DE 2018

El trabajo se puede realizar en cinco áreas: 1 PERMACULTURA, 2 GRANJA, 3 BIO CONSTRUCCIÓN, 4 ATENCIÓN AL CLIENTE Y 5 LIMPIEZA.

·    Mínimo de estancia: UNA SEMANA

·    Ser responsable con las tareas asignadas durante al menos CUATRO HORAS DIARIAS.
·    El programa requiere que el voluntario (a) sea una persona ORDENADA con sus cosas y las de Tamarindo.

      El programa NO INCLUYE COMIDAS y actualmente en el establecimiento NO HAY WIFI.

·    Se ofrece 1 ALOJAMIENTO: espacio para acampar, hamaca o cama en cuarto colectivo cuando hay disponibilidad. 2 COCINA COMPARTIDA: estufa y horno a leña. 3 AGUA POTABLE. 4 ACCESO A ÁREAS COMUNES: baño seco, yoga studio. 5 INFORMACIÓN TURÍSTICA.

La solicitud se debe hacer con al menos una semana de anticipación a través de la fanpage de Tamarindo en Facebook o al correo portillo.eduardo@gmail.com

Simpatizamos de entrada. Reviví el mochilero que vive en mí

Viki y Gerson me lavaron la pila-piscina, me ayudaron a deshierbar el techo vivo, a limpiar el gallinero, el cuarto de Heidi y el yoga studio. Me destusaron maíz, alimentaron y bañaron a mis mascotas. Me ayudaron mucho en un momento que me era difícil hacer todo eso a causa de la pata que aún me duele.

Compartimos anécdotas de viaje, formas de ver la vida, secretos médicos y culinarios, compartimos cultura, me contaron sin ataduras cómo son sus países y yo les conté sobre este pulgarcito.

Les deseo lo mejor en sus viajes y en sus vidas chicos. El globo es muy pequeño para no volvernos a encontrar. Ojalá sea pronto.

A mis lectores les pido que si saben de alguien interesado compartan este programa. Les espero. Guayo.

Maylo y la Fide despidiendo a nuestros nuevos amigos

martes, 11 de septiembre de 2018

La pata

La Skygo, mi moto desde hace tres años.

Casi me quiebro la pierna izquierda hace un mes cuando me impacté de frente con otro motociclista a quien me voy a referir en esta historia como Max.

Esto ocurrió a la calurosa hora de las dos de la tarde del lunes 13 de agosto en 2018. Ciudad de Ilobasco, en El Salvador, trópico del Pacífico en la América Central.

Me mandaron a comprar el pan y me dirigía tranquilo a la ciudad. Entrando me encontré a Max quien invadía mi carril. Tuve cinco segundos para tomar una decisión de la que no estaba prepado. 

Mis opciones eran tres, por lo menos las que a mí se me ocorrieron: izquierda, derecha o mantenerme al frente. Elegí confiar en Max, quien en aquel momento no tenía control de su moto y me mantuve al frente. Crush.

Mi siguiente recuerdo es el dolor de mi pierna, de la rodilla hacia abajo, mi pantalón roto, mi piel cortada, ensangrentada, mi zapato en el suelo, el calor del pavimento, la gente llegando, todos con caras de lástima, más dolor, llanto, angustia.

Mi madre, también angustiada, me llevo de urgencia al hospital donde de a poco se me agotó el éxtasis y donde al saberme sin fracturas me llegó el alma al puesto.

De vuelta en el accidente recuerdo a Max pidiéndome arreglar antes que llegara la Policía. Recuerdo a una señora secundado mi versión. La borrachera en la cara de Max. Mis documentos en regla, él sin ninguno. La Policía arrestandolo y yo firmando un documento.

En el hospital, tambien firmé documentos, me hicieron preguntas, muchas preguntas. En general buena atención, algo que sin duda me sorprendió. Radiografías, cinco puntadas en la rodilla, medicina para calmar el dolor y a las siete de la noche finalmente en casa.

Comer, beber y dormir en buena cama sin duda me vendría bien, pero tres horas más tarde la Policía llamó a casa y dijo que había un documento importante que teníamos que recibir. Que llegaban a dejarlo en 40 minutos. Dije ok.

El documento decía basicamente que el caso no procedía sin un reconocimiento de sangre de medicina legal. Me hicieron el favor de llevarme a aquellas horas y con aquel dolor a San Vicente, donde un viejito, que ya es finado, me atendió con enfado.

El viernes nos sometidos con Max ante la justicia. Verlo me dio gueba, pero necesitaba de su cooperación para arreglar por lo menos los daños materiales del accidente.

Me abordó en el pasillo y me suplicó que arreglaramos, tenía pavor de volver a la bartolina donde los privados mueren por infecciones, adquiridas y compartidas, en la intimidad de un par de metros cuadrados y un sistema igual de podrido.

Dije ok. Ya tenía un estimado de los gastos de la moto. No menos de $200. Max me pidió rebaja, cómo si fueran tomates, pero aceptó darmelos en una semana. Los iba a pedir del norte. Estaba herido y le atormenta la idea de volver a prisión.

Max dice que es agricultor, su esposa está embarazada, la moto no es de él, se la habían prestado. Esa moto había sido destinada a huesera y no tiene papeles en regla desde 2015.

Ocho días después del accidente me quitaron los puntos. Se me acabó la medicina del dolor y sanaba lentamente. Debía reposar, pero qué creen, no lo hice. Al contrario, me fui a pasear. 

Mi tía y mis primas venían de los Unides States y habiamos convenido unas vacaciones que incluían la Antigua Guatemala. Ella me pregunto si podía y aquí san vergon dijo que sí. Voy a reposar haciendo turismo, pensé. Manejando un Hilux estándar. El clutch, cosa de niños, terapia para mi pata. 

Nuestra gira incluyó Ataco, Los Cobanos, el Puerto, Alegría, Esquipulas... duró nueve días. La mitad del tiempo estuve drogado con Flamidol. Lo disfruté, pero también dí gracias cuando acabó. El dolor era continuo y variaba de intensidades. Mis remedios instantáneos: la hamaca y el hielo.

Me propuse ahora si poner a descansar la pata. A hacer únicamente lo indispensable,  como alimentarme, bañarme, darles de comer a mis animales. Recuperé mi moto. Me la remendaron y gasté sólo $60 en ponerla de nuevo andar.

Ha sido duro pero ya tengo 10 días en esto. Mi pierna ha mejorado mucho, pero todavía resiento el golpe. 

Hago todo lo que me dicen, tomo tantun, me pongo paños calientes con agua de chichipinse, orégano, romero... bebo de esas aguas. En las noches me sobo la pata con cofal. Sé que estoy mejorando y que en unos días estaré del todo bien. La pata me tiene quieto y por algo debe ser.

No tenía tema para este mes, la pata es un post que me cayó del cielo, que ya me tocaba, que pudo ser peor. Hoy se los comparto porque tengo lectores allá afuera y porque no quiero dejar de escribir las cosas que me pasan. Gracias por estar ahí. Feliz mes patrio.

Mi pata hace unos tres días.

sábado, 4 de agosto de 2018

Menú

Productos y servicios ofrecidos en "Tamarindo, casa sustentable". 

TAMARINDO
casa sustentable
Guacotecti, El Salvador, C.A.
duduportillo.blogspot.com
(503) 6025-4116




Qué es: Tamarindo es un espacio de habitación auto sostenible a través de tecnologías apropiadas. Una casa que se mantiene a si misma sin demandar recursos externos y que en su lugar produce energías y alimentos. Su principal misión es reproducir el tema de la sustentabilidad y demostrar que es posible vivir en armonía con la naturaleza.

Cómo se hace: A través de tecnologías apropiadas aplicadas a su funcionamiento general. A 2018 cuenta con cinco de estos métodos amigables con el ambiente. Es un centro demostrativo para que las personas conozcan al respecto. Desde sus inicios en 2012 desarrolla un huerto que produce alimentos de manera orgánica. Hay un bosque comestible y una cerca viva que se desarrollan con principios de permacultura. Además, separación y disposición final responsable de la basura, prohibición del uso de desechables, captación de agua lluvia, cocina ahorradora de leña, entre otros.

Por qué hacer esto: El planeta está en una situación delicada en cuanto a su equilibrio. Como especie, hemos modificado los ejes naturales de este lugar que llamamos hogar. Las consecuencias afectan el estilo de vida consumista que tenemos y que cada día es más difícil de sobrellevar. Ante tal situación, la adaptabilidad y la sustentabilidad parecen ser una posición coherente. Tamarindo pretende llevar la información al respecto a sus vecinos en Cabañas, El Salvador y el mundo.


VIVERO


Plantas ornamentales y frutales desde $ 2.00
Macetas desde: $ 5.00
Abono orgánico (bolsa de 10 libras): $ 1.00
Pregunte por frutas y vegetales de temporada


CAFÉ


Taza de café negro o con leche: $ 0.50
Refresco natural: $ 0.50
Libra de café molido: $ 4.00
Quesadilla: $ 1.00 (pregunte por la hornada de 30)
Desayuno campeón (frijoles, huevos, queso, crema, plátano, pan blanco, café): $ 2.50
Desayuno más al suave (cereal, leche, fruta, miel, café): $ 2.00
Gaseosa: $ 0.50
Cerveza: $ 2.00
Pregunte por los tragos (Wiskoco, Rosa de Sarón, Caipirinha, Rum Pounch): $ 2.00


HOSTAL


Cuarto de Heidi (habitación privada, cama matrimonial): $ 10.00 p/p
Cuarto colectivo (habitación compartida, cama individual): $ 7.00 p/c
Hamaca | Sleepingbag | Acampar: $ 3.00
Clases de Yoga - Capoeira
Clase experimental: Gratis
Clase individual: $ 5.00
Programa mensual (12 clases. Tres por semana): $ 30.00


Tu propina es colaboración voluntaria

jueves, 12 de julio de 2018

Bolívar

Este mes les traigo una nueva recomendación de libro: El general en su laberinto, del gran Gabriel García Márquez. Esta novela histórica me ha enseñado todo lo que sé sobre Simón Bolívar, el libertador de medio Suramérica. Lo vemos en 1830 durante su último viaje, por el río Magdalena, huyendo de su laberinto.




Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios nació a finales del siglo XVIII entre la aristocracia caraqueña. Aunque descendiente de inmigrantes españoles se reveló frente al imperio durante unos 20 años y fue artífice de la independencia de lo que hoy es Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú y Panamá.  
No soy historiador y espero no errar tanto en este post. Pero es que leer el relato de Gabo me inspiró a sumergirme en acontecimientos heróicos e imaginar escenas de hace 200 años que sin el trabajo del genio Márquez sería imposible concebir.   
Hubiera podido escribir algo más actual pero aquí trabajo a placer y me rigen agendas cotidianas. Hubiera escrito sobre el mundial de fútbol Rusia 2018 o sobre empleados públicos que van a esos eventos a cumplir sueños provincianos. Quiero escribir sobre alguien que la historia señala con gallardía, no sobre funcionarios que serán recordados por mediocres.
De niño Bolívar fue un huérfano con servidumbre y en la escuela no era muy brillante, esto último cambió de adolescente cuando uno de sus profesores fue Andrés Bello. A los 16 se fue a estudiar a España y a los 19 se matrimonió por aquellas tierras con una tal Teresa. Regresó a Venezuela con su esposa, pero unos meses después enviudó debido a la fiebre amarilla. Juró no volverse a casar.
Regresa a Europa, a París, donde su tristeza es encausada a la libertad de su patria. Tres años después, en América, se unió a la causa revolucionaria. Durante su “campaña admirable” las autoridades de los poblados por donde pasaba huían ante su eminente llegada.

Manuela Sáenz, gran amor de Bolívar.
"En los preámbulos del amor ningún error es corregible"

El libro retoma este personaje en su última fase. La gente lo quería mantener en el poder, en la lucha, pero él está ya cansado y se dirige a un retiro voluntario hacia Europa. Sin embargo, no logra nunca embarcarse y la muerte lo alcanza, debido supuestamente a la tuberculosis, a la temprana edad de 47 años.  
El viaje lo hace desde Bogotá hasta Santa Marta (Colombia), principalmente en barco, sobre el río Magdalena, desembarcando en algunos poblados. El hombre está acabado y la gente murmura cuando pasa: “El tiempo que le queda le alcanzará a duras penas para llegar a la tumba”.
Él desborda carisma y admiración a donde llega, a pesar de su decrepita apariencia. “La inteligencia de su corazón le había enseñado la inutilidad de la gloria”.
Siempre tuvo sirvientes a su disposición, pero para algunas cosas era imposible que se dejara ayudar a pesar de los inconvenientes. Disimulaba su enfermedad y no se dejaba ver por doctores. “La vocación es hija legítima de la necesidad”, se decía. Lo deprimía el desconsuelo de que todo lo suyo se convertiría en mercancía de ocasión.
De principio a fin lo vemos como moribundo, como un necio que apacigua sus fiebres y demonios en una hamaca. El menudo ejército que le acompaña está igual de desmoralizado y jodido.
Es como si durante toda la lectura estamos esperando la defunción del general que en sus ultimas horas se pregunta "cómo carajos va a salir de este laberinto".
Postdata: Por su voluntad sus restos fueron trasladados a Venezuela donde en 2010 el finado Hugo Chávez ordenó una exhumación.

miércoles, 6 de junio de 2018

Techo vivo

Las tecnologías apropiadas reutilizan energía y respetan las leyes del ambiente. Mi casa estrena este invierno un techo vivo. Al 2 x 1, como las donas: techar el área de baño y crear un jardín sobre ese tejado. Funciona. Como funcionan los otros métodos que mantienen a Tamarindo, casa sustentable. Esta es la historia.

Hierba buena. Excelente en mojitos y salpicón.

La ducha de mi casa es al aire libre. Cuando me baño, en lugar de paredes y azulejos me cubren matas de huerta. No tengo intimidad, cualquiera puede ir pasando y tratar de ver algo por entre la Cerca viva y las bananeiras. No sé si ha pasado o si pasa, a mí la ducha me da confidencia ante la desnudez.

Tampoco es que sea exhibicionista, más bien mi ducha está en proceso de construcción. Está inacabada pues. Le falta otra vegetación que cubra mejor el espacio. Plantas de sombra, macetas colgantes con Colas de ardilla… ¿Qué tal orquídeas?

Sin embargo, bañarse mientras llueve no es muy chistoso. Al principio cubrí la ducha con unos pedazos de costanera, vara de bambú y lámina, una mediagua que al año comenzó a deteriorarse debido a la humedad.

Quise entonces crear un nuevo y definitivo techo para mi cuarto de baño. De inmediato aparecieron ante mí los techos vivos. En Piracanga había visto ya uno. Aquel era de madera y desaguarlo no era del todo fácil.

Pensé en usar concreto. Diseñé pues un pequeño plafón, con una inclinación para facilitar la salida de agua.

Dividí el planchón, de menos de 3 x 3 metros, en cuatro jardineras o arriates para cultivar ahí un pequeño jardín, las divisiones están hechas con dos hileras de ladrillos de obra pegados ¨de lazo¨. Las jardineras tienen pequeños agujeros, del tamaño de un vaso, que hacen la función de drenajes.

Le platiqué la idea a don José, un nuevo albañil que encontré en mi comunidad y que entendió de una de qué se trataba la vaina. Trabajamos durante un mes, exactamente diciembre del año pasado. El techo estaba listo para preparar el suelo.

Un plástico que funciona como membrana impermeable.

Hoyitos en cada jardinera como sistema de drenaje.

En internet vi que había tres tipos de techos vivos: intensivos, semi intensivos y extensivos, esto depende de la profundidad del medio de cultivo y del grado de mantenimiento requerido.

Un techo extensivo es dejar que cualquier planta crezca y se mantenga salvaje, uno semi intensivo podría ser con grama y uno intensivo en aquel donde se cultivan plantas ornamentales o alimenticias.

La información en la web también repetía la importancia de una membrana impermeable y capas que faciliten el drenaje y que funcionen como barrera para las raíces.

Decidí únicamente usar un plástico, que venía con unas colchonetas, como membrana y barrera de raíces. El resto, es decir el drenaje, consistía en los hoyitos pre fabricados en las jardineras. Esto sería una prueba, con ideas de que tal vez algo fallara.

Lo fui rellenando de a poco con el abono que preparo a base del compostaje producido en el Baño seco. Luego vino la prueba de fuego, o más bien de lluvia.

Después de una recia tormenta quedó demostrada su efectividad. No se inundó ni se rebalsó. El agua se filtró de a poco, en cuestión de un par de horas. Prueba superada, llegó entonces el momento de plantar.

Jengibre: expectorante natural y muy usado en recetas de cocina.

Sembré plantas que se reproducen con facilidad: Jengibre, Hierba buena y Zacate limón. En la cuarta jardinera estoy experimentado con tomates. Estos alimentos y medicamentos tienen poco más de un mes trasplantados y ya ven lo alegre de su verdor.

Además de la Cerca viva y el Baño seco en Tamarindo también hay una Turbo cocina, Energía solar, Círculos de bananeiras y se desarrolla un Bosque comestible.

Mi casa es un centro de tecnologías apropiadas que busca generar conciencia ambiental. Cuando quieran vengan a conocer y platicamos sobre estos procesos. 

Al medio ambiente no deberíamos celebrarlo un único día. Deberíamos de celebrarlo, protegerlo y aprender de él todos los días.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Electricidad

Yo me decía que Tamarindo no iba a conectarse a la red de energía eléctrica; que iba abastecerse y funcionar con energía solar. Sin embargo, mis necesidades y las del proyecto han aumentado así que hace unos días decidí contratar el servicio de CAESS. En términos económicos es más rentable pagar mensualmente un recibo que montar un sistema solar más complejo.

Mi casa no ha dejado de ser sustentable por esto. Al contrario: la sustentabilidad es también adaptación a las necesidades. En este post quiero contarles del proceso y reflexionar al respecto.


Tamarindo iluminada con energía solar y comercial

Hace tres años instalé un sistema fotovoltaico aislado en Tamarindo,casa sustentable. Un pequeño sistema de energía solar que me abastecía de iluminación y carga de teléfono celular. Estaba muy contento con mi panel artesanal, mis lámparas LED y mi batería de carro. Contento de aprovechar la energía limpia del sol.

Llegaron los días grises y la batería dejo de completar su carga, por otro lado, las baterías tienen vida útil y la mía se comenzó a dañar. Además, el panel tuvo una filtración de agua; durante su reparación me quedé dos meses a oscuras.

Yo podría haber comprado paneles de fábrica o baterías especializadas, pero aun así mis necesidades y las de mis huéspedes (consumidores) no iban a ser satisfechas.

Me he puesto a estudiar francés y ahora también necesito cargar una laptop. Todo el tiempo mis visitas quieren cargar sus teléfonos móviles, situación que el sistema solar no podía satisfacer por completo.

Decidí entonces contratar el servicio de energía eléctrica con la empresa CAESS y mantener el sistema solar únicamente como muestra y en días que no cuente con el suministro comercial.

Sistema solar cuenta con dos paneles y genera unos 140 watts/h

Como me imaginaba, con CAESS la relación no ha sido muy romántica y aun así nos terminamos casando. Fue difícil instalar el servicio porque al no tener vecinos me tocó invertir en la red. Tuve que comprar dos postes y la instalación tardó más de lo que esperaba.

Ahora estoy más cómodo. Consumo más energía y realizó nuevas tareas. También estoy contento porque al haber demorado en la instalación de la energía comercial aprendí y lirié con la captura y almacenamiento de la energía del sol. Una tecnología apropiada que está de muestra en Tamarindo. Tan simple como apretar un botón.  

Aprendí que un panel artesanal sino está bien sellado puede tener filtraciones de agua y dañar las celdas. Que las baterías para carro sí funcionan en estos sistemas, pero que hay baterías especiales, un poco más caras, que pueden tener mayor durabilidad.

Aprendí que para cargar un teléfono no necesito un inversor de 400 watts y que ciertos electrodomésticos como las licuadoras y las planchas para ropa consumen mucha energía.

Mayor comodidad para los huéspedes 

Ahora mi casa está mejor iluminada, puedo ofrecer una bebida fría o la oportunidad de cargar sus teléfonos a quienes se hospedan. Este confort me gusta y lo aprovecho al máximo. También les gusta a mis visitas, quienes no siempre le hacían buena cara a la idea de alumbrarse con candelas o tener que apagar sus móviles.

En unas mentorías que recibí a inicios de año en la UCA me preguntaron qué era lo que yo quería con Tamarindo. Les dije que quiero que la gente conozca el lugar, que tenga una experiencia de sustentabilidad. Me sugirieron que adaptara esa experiencia a las necesidades y gustos de mis “clientes”. Que no hacía nada con un lugar muy lindo y auténtico si nadie lo visitaba.

Esas bofetadas me asentaron bien. Ahora con mayor energía puedo pensar en nuevos servicios y productos para atraer a esos clientes, para que consuman y me hagan realmente sustentable.

En mi proyecto la sustentabilidad no es solo vivir de lo que la naturaleza me brinda, sino adaptar y vender mis productos y servicios.

Algunos se ríen y me dicen que ya no soy tan sustentable. Yo me sonrío porque ahora viene más gente y tengo más oportunidades de venderles la idea general de Tamarindo.

Ya vino la primera carta de amor que CAESS me va a mandar mensualmente, mensajes que sin duda se pondrán más intensos con el paso del tiempo. Aun no tengo muchos electrodomésticos porque me acostumbre a prescindir de ellos, supongo que algunos irán llegando con el tiempo.

martes, 3 de abril de 2018

Chinchontepec

Yo vencí el Chinchontepec. Hace unos días lo subí gracias a la invitación de mis hermanos scout de San Vicente. Toda mi vida he visto ese coloso desde Cabañas, así que no iba a perder la oportunidad de conquistarlo. Todavía me duelen las piernas.

Participantes del grupo scout 87 en el Desafío del Jiboa, marzo de 2018

El volcán de San Vicente o Chinchontepec es el segundo más alto de El Salvador. Tiene la característica de tener dos puntas, la más alta mide unos 2,180 msnm. Es superado únicamente por el Lamatepec, o volcán de Santa Ana, que tiene 2,381 msnm.

Abarca cuatro municipios: Tepetitán y Guadalupe (San Vicente) y San Juan Nonualco y Zacatecoluca (La Paz).

El volcán se hizo famoso una noche de agosto de 1995 cuando un avión de Aviateca se impactó casi en la cima. No hubo sobrevivientes, murieron 65 personas. La causa principal del siniestro habría sido la desorientación del piloto debido a una tormenta tropical.

Se desconoce la fecha de su última erupción, sin embargo, al explorarlo se pueden ver enormes grietas, que parecen ríos secos, donde pudo haber bajado la lava hace unos 1,500 años.

Se le considera activo porque en la zona conocida como Los Infiernillos se ubican manantiales de aguas termales que emanan fuertes vapores y humo sulfúrico. Los expertos consideran que se trata de un “respiradero” del volcán.

La zona es vulnerable por amenazas naturales como el deslizamiento de laderas durante la época de lluvias.

Vista del valle de Jiboa y poblados de San Emigdio (Guadalupe) y Verapaz.

Comenzamos la caminata a las ocho de la mañana. Me pidieron que acompañara a los organizadores para que les ayudara a colocar pistas. Los chicos se habían dividido en seis grupos de cuatro integrantes para vencer el desafío.

En el trayecto, debían orientarse con nuestras señales y superar algunas pruebas como descifrar mensajes en clave morse. El primer equipo que llegara completo a la cima conseguiría más puntos para ganar un premio.

A las 10 de la mañana el cansancio se hizo sentir y los equipos estaban a escasos minutos de nosotros. Había que acelerar el paso y dejar la apreciación del paisaje y la naturaleza para después.

Hay mucha fauna y flora en el volcán. Encontramos estiércol de coyote y madrigueras de armadillos. También hubo chance para avistar aves.

Bosque. Hubiera querido quedarme sentadito aquí un rato.

El guía nos dijo que faltaban unas tres horas para llegar. No nos estaba metiendo miedo. Había que tomar conciencia del reto. Entendí que no todos podíamos ir al mismo ritmo así que me quedé atrás para transmitir eso a los muchachos.

Me pasaron, les pasé, me pasaron, les pasé. Les insté a tomar agua y a cuidarla porque en la cima no había. Nos apoyamos con bordones. Caminamos a ratos en grupo, dándonos ánimos, a ratos en soledad, meditando.

Un palo seco de café me ayudó mucho en las partes más empinadas.

Llegamos a la cima entre la una y las dos de la tarde. Al llegar cada uno recibía un nudo con la inscripción “Yo vencí el Chinchontepec”, la mejor presea para un muchacho scout. A las 2:30 pm iniciamos el descenso. Fue más rápido, pero las piernas temblorosas provocaron varias caídas.

En el camino de regreso los que no alcanzaron a subir nos felicitaban y por fin podíamos tomar agua sin reservas. Sin embargo, hizo falta un último esfuerzo para llegar finalmente a las 5:30 pm al Centro Escolar Cantón San Emigdio donde pernoctamos por dos noches.

Me cuentan que esa noche ronqué fuerte. Caí rendido. Las baldosas del corredor estaban tan suaves como mi cama. Al día siguiente los ánimos habían vuelto y la satisfacción de haber subido me hinchó el orgullo. Las piernas estaban y siguen adoloridas.

Una nueva presea scout para mi colección.

Me doy cuenta que en esta tierra de volcanes aun tengo varios pendientes. Ha sido con los scout también que he podido subir el Izalco y el de San Salvador. Pero me falta el de Santa Ana, el Chaparrastique (San Miguel), el Conchagua (La Unión) …

Ya vendrán nuevas aventuras volcánicas que espero compartir por aquí. Hasta el próximo post.